martes, setiembre 30, 2008

Ocho patas para la panspermia

Un resistente bichito astronauta entusiasma a los astrobiólogos.

La revelación en la pasada semana de que diminutos animalitos de ocho patas habían sobrevivido la exposición al duro medioambiente espacial en una misión orbital de la Tierra, es un apoyo más para la idea de que formas simples de vida podrían viajar entre los mundos.

tardígrado

El resistente tardígrado

© Rick Gillis and Roger J. Haro, Department of Biology, University of Wisconsin - La Crosse

Esta idea, llamada panspermia, no es nueva. Sostiene que las semillas de la vida están en todas partes (ver ¿Vida sin planetas?) y que la vida microbiana de la Tierra podría haber viajado hasta aquí proveniente de Marte, o incluso de otro sistema estelar, para luego evolucionar en la plétora de especies que hoy vemos. En esencia, podríamos ser todos marcianos (ver “Litopanspermia: sembrando vida en el cosmos” y “Somos meteoritos”).

En varias formas, el concepto de panspermia fue discutido por los científicos en el siglo XVIII, nuevamente en el siglo XIX, y luego fue ardorosamente examinado hace unos 30 años cuando Sir Fred Hoyle y Chandra Wickramasinghe popularizaron la idea. Sin embargo, los científicos “ortodoxos” descartaron la hipótesis, hasta incluso bien entrada la década de 1990.

Pero a lo largo del último decenio se ha insuflado una nueva vida en el asunto.

La mayoría de los científicos concuerda en que la pregunta principal que ha preocupado a la panspermia durante décadas, ¿puede la vida resistir un viaje entre planetas?, ya ha quedado establecida.

Un avance importantísimo resultó ser un estudio del año 2000 que llegó a la conclusión de que una roca marciana, descubierta en la Tierra, había permanecido, durante su violenta eyección desde el planeta rojo y su terrible pasaje por la atmósfera terrestre 16 millones de años después, lo suficientemente fría como para sostener vida, si la hubiera llevado a bordo.

Y el increíble relato de supervivencia de los diminutos tardígrados, también llamados osos de agua, es un recordatorio dramático de que la vida puede sobrevivir a un viaje espacial. Estas criaturas invertebradas del tamaño de un punto ortográfico resistieron durante 10 días de exposición, y luego de su regreso a la Tierra, los científicos descubrieron que incluso algunas de ellas, expuestas a la radiación solar, también lo habían logrado.

Si bien ya se había demostrado que organismos unicelulares podían sobrevivir en el espacio, los tardígrados son animalitos de ocho patas que pertenecen a una rama del árbol de la vida que es totalmente diferente a la de los microbios.

meteoro

Meteoro

© kalipedia

“Es un resultado emocionante que parece apoyar la idea de que formas de vida podrían ser intercambiadas entre planetas tales como la Tierra y Marte”, dijo David Morrison, un astrobiólogo del Centro de Investigación Ames de la NASA.

“Ahora sabemos que especies de tres grupos muy diferentes de organismos, bacterias, líquenes e invertebrados, son capaces de sobrevivir al menos durantes períodos cortos al vacío espacial, y también a algunas condiciones restringidas de radiación solar”, dijo K. Ingemar Jonsson, quien extendió fuera de la Universidad de Kristianstad, Suecia, el estudio de los tardígrados. “Y si están protegidos de la luz solar, todos estos grupos podrían sobrevivir durante varios meses, quizás años, en el espacio”.

De modo que para poder viajar por el espacio, parecería que los microbios o los animales pequeños necesitarían una roca para protegerlos. Igualmente importante, la criatura necesita un medioambiente amigable después de su llegada.

De Marte a la Tierra

Algunos científicos piensan que la vida podría haberse originado en Marte y después haber viajado a la Tierra a bordo de un meteorito lanzado al espacio por un impacto de asteroide.

“Hace 4 500 millones de años Marte ya poseía una corteza estable, en una época en que la Tierra continuaba todavía en los estertores de su recuperación luego del impacto que formó a la Luna”, dijo Jay Melosh del Laboratorio Lunar y Planetario de la Universidad de Arizona. “Por lo tanto, las condiciones marcianas eran conducentes al origen de la vida mucho antes que las de la Tierra”.

Melosh explica lo que podría haber sucedido a continuación: “Una vez que la vida apareció en Marte, el Bombardeo Pesado Tardío (montones de rocas gigantescas se estrellaron contra la Tierra y contra Marte hace unos 4 000 millones de años) habría proporcionado abundantes medios de transporte para la diáspora Marte-Tierra. Dado el actualmente muy hostil medioambiente superficial marciano, no me sorprendería que la vida se hubiera agotado posteriormente (aunque es posible que alguna forma de vida persista todavía en la sub-superficie, subsistiendo con las cosechas químicas y energéticas del todavía activo vulcanismo marciano)”.

Melosh piensa que este escenario “es una apuesta excelente”.

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El químico sueco (premio Nobel en 1903) Svante August Arrhenius (19/02/1859 - 02/10/1927), fue el primero en proponer la idea de la panspermia.

© Wikipedia

¿Pero, podría lo opuesto ser verdadero? ¿Podría la vida haberse originado en la Tierra y después haber sido transportada a Marte?

“El Marte actual es tan hostil y carente de alimentos y de agua líquida en su superficie, que es muy improbable que pudiera sobrevivir cualquier organismo transportado naturalmente”, dijo Melosh.

Los investigadores creen que hemos enviado gran cantidad de microbios hacia la luna y hacia Marte, en nuestras naves espaciales. Pero la mayoría no piensa que tengan muchas oportunidades de sobrevivir. Según dicen, solamente debajo de la superficie marciana, donde un organismo terrestre podría encontrar protección contra la radiación y donde pudiera haber agua líquida, la colonización podría ser un riesgo potencialmente serio.

“Mientras operemos sobre la superficie marciana, habrá un riesgo muy pequeño, ya que las condiciones superficiales son muy duras”, dijo Morrison. “Recordemos que el asunto no es simplemente sobrevivir, sino tener la capacidad de crecer y reproducirse”.

Es muy improbable que los microbios que se las arreglen para mantenerse adheridos a una nave espacial a lo largo de un viaje de seis meses hasta Marte, se bajen del vehículo una vez que estén allí, según un estudio realizado por Andrew Schuerger de la Universidad de Florida. Y si saltan al suelo, dijo Schuerger, hay 13 “factores biocidas” que prometen una muerte casi segura para las especies invasoras. Desde daños en el ADN hasta la esterilización, sería muy improbable que los microbios supérstites pudieran reproducirse con éxito.

Schuerger ha realizado múltiples experimentos para reproducir la vida entre criaturas resistentes bajo condiciones similares a las marcianas. Una gran diferencia entre la Tierra y Marte es la extremadamente delgada atmósfera del planeta rojo, que posee aproximadamente un uno por ciento de la densidad de la nuestra.

“No he logrado que ningún organismo crezca bajo las condiciones de la presión superficial marciana”, dijo en una entrevista telefónica. “Soy escéptico de que un microorganismo pueda ser desplazado de una nave espacial, que llegue a la superficie de Marte, y que pueda medrar”.

¿Y de estrella a estrella?

La panspermia interestelar continúa siendo una propuesta improbable en la mente de la mayoría de los científicos.

Panspermia

Panspermia

© ucolick.com

Múltiples estudios han demostrado que la materia prima de la vida es común alrededor de otras estrellas, y de hecho, las semillas mismas de la vida conocidas como aminoácidos podrían también encontrarse por todos lados. La vida, por lo tanto, podría ser común alrededor de otras estrellas, según dicen los científicos.

Pero viajar de una estrella a otra es un asunto completamente diferente. Tomaría al menos cuatro años viajar desde nuestro sistema solar hasta la estrella más cercana… y eso sería así si la roca viajara a la velocidad de la luz, lo que es totalmente imposible.

“Los saltos estrella-estrella son tan improbables y toman tanto tiempo para completarse que tengo muchas dudas de que la panspermia haya ocurrido por este mecanismo, al menos por medios naturales”, dijo Melosh.

Incluso la idea de que “todos somos marcianos” permanece siendo muy poco probable para muchos investigadores, quienes invocan la “navaja de Occam” (la solución más simple es a menudo la mejor).

“Es plausible que nuestros primeros progenitores fueran transportados hasta aquí”, sostuvo Schuerger, “pero creo que es un método complicado. Pienso que es mucho más fácil decir que la vida comenzó en la Tierra y que evolucionó aquí”.

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Árbol_de_la_vida

El árbol de la vida.

© Gustav Klimt


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Artículo original: “Eight-Legged Space Survivor Gives 'Panspermia' New Life”
Autor: Robert Roy Britt
Fecha: Septiembre 16, 2008
Enlace con el artículo original:
aquí
NOTA: Las imágenes fueron añadidas por el traductor.
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sábado, setiembre 27, 2008

La prima oculta de SN 1987A

Comunicado de Prensa ESO PR 32/08.

Una red de telescopios captura una cercana y poderosa supernova.

Más de una década después de haber estallado, ha sido identificada una de supernovas más cercanas de los últimos 25 años. Este resultado fue posible gracias a la combinación de datos obtenidos en los enormes archivos on-line de muchos de los principales telescopios del mundo.

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ESO PR Photo 32a/08 – SN 1996cr en la galaxia del Compás

Esta imagen compuesta muestra las regiones centrales de la galaxia de Circinus (o del Compás). Los datos de Chandra se muestran en azul y los del Hubble en amarillo, rojo y azul claro. La fuente azul cerca de la esquina inferior derecha es la supernova SN 1996cr. Años después de ser identificada como un objeto luminoso variable, un espectro obtenido por el VLT de ESO comenzó un trabajo detectivesco en busca de más datos, hasta que se la confirmó como una supernova. SN 1996cr es una de las supernovas más cercanas de los últimos 25 años.

© Rayos-X: NASA/CXC/Columbia/F.Bauer et al. Luz visible: NASA/STScI/A.Wilson et al.

La supernova, llamada SN 1996cr, fue individualizada en 2001 por Franz Bauer. Bauer notó una fuente luminosa variable en la galaxia espiral de Circinus (el Compás), utilizando el Observatorio Chandra de Rayos-X de la NASA. Aunque la fuente mostraba algunas propiedades excepcionales, Bauer y sus colegas de la Universidad Penn State no pudieron identificar su naturaleza con certeza.

No fue hasta años más tarde que Bauer y su equipo pudieron confirmar que este objeto era una supernova. Pistas provenientes de un espectro obtenido por el Telescopio Muy Grande (VLT) de ESO llevaron al equipo a iniciar un trabajo realmente detectivesco examinando datos obtenidos por 18 telescopios, tanto con base en tierra como espaciales, casi todos los que existían. Como este objeto se encontraba en una interesante galaxia cercana, los archivos públicos de estos telescopios contenían abundantes observaciones.

Los datos demuestran que SN 1996cr se encuentra entre las supernovas más luminosas que se han observado en rayos-X y en radiofrecuencias. Tiene también muchas similitudes con la famosa supernova SN 1987A, que estalló en una galaxia vecina a solamente 160 000 años-luz de la Tierra.

“Esta supernova parece ser una prima desenfrenada de SN 1987A”, dice Bauer. “Las dos se parecen en muchos aspectos, excepto que esta nueva supernova es intrínsecamente mil veces más luminosa en radio y en rayos-X”.

Las imágenes en luz visible de los archivos del Telescopio Anglo-Australiano en Australia muestran que SN 1996cr estalló en algún momento entre el 28 de febrero de 1995 y el 15 de marzo de 1996, pero es la única de las cinco supernovas más cercanas de los últimos 25 años que no ha sido observada poco después de su explosión.

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ESO PR Photo 32b/08 – La Galaxia del Compás

Imagen color de la Galaxia Circinus (o Galaxia del Compás) basada en datos obtenidos en abril de 1993 por el telescopio SuSI de Nueva Tecnología de ESO, es decir, tres años antes de que estallara la supernova.

© ESO

Otros importantes observatorios en órbita, como ROSAT y ASCA, no detectaron a SN 1996cr, pero desde que fue detectada por primera vez por Chandra en 2001, ha estado aumentando continuamente su luminosidad. Previamente, SN 1987A era la única supernova conocida con una emisión de rayos-X que aumentaba con el tiempo.

“Fue casi como un golpe maestro descubrir que SN 1996cr era así, y nunca podríamos haberla identificado sin los afortunados datos obtenidos por todos esos telescopios. Realmente, hemos ingresado en una nueva era de ‘astronomía por Internet’”, dijo Bauer.

Los datos combinados, en conjunción con el trabajo teórico, hicieron que el equipo desarrollara un modelo para la explosión.

Antes de que la estrella explotara, abrió una gran cavidad en el gas que la rodeaba, ya fuera por un fuerte viento o por una llamarada proveniente de la estrella en el final de su vida, de modo que la onda de choque de la propia explosión pudiera expandirse relativamente sin impedimentos dentro de la cavidad.

Una vez que la onda de choque golpeó contra el denso material que rodeaba a SN 1996cr, el impacto hizo que el sistema resplandeciera en emisiones de radio y de rayos-X. Probablemente, la emisión de radio y de rayos-X de SN 1987A sea menor porque el material que la rodea es menos compacto.

Los astrónomos piensan que tanto SN 1987A como SN 1996cr muestran evidencia de estas excavaciones pre-explosión realizadas por una estrella destinada a estallar. El tener dos ejemplos cercanos sugiere que este tipo de actividad podría ser relativamente común durante la muerte de estrellas masivas.

“Nuestro trabajo no solamente sugiere que SN 1987A no es tan inusual como pensábamos previamente, sino que también nos enseña más sobre los tremendos cataclismos que pueden sufrir las estrellas masivas a lo largo de sus vidas”, dijo el co-autor Vikram Dwarkadas de la Universidad de Chicago.

NOTAS:

La galaxia Circinus (o, como también se la conoce en idioma español, galaxia del Compás, por la constelación austral en que se encuentra) es un objeto bastante interesante, con anillos de gas que son eyectados desde ella. Se encuentra a unos 13 millones de años-luz de distancia de la Vía Láctea.

Estos resultados aparecerán en un próximo número del Astrophysical Journal: “F.E. Bauer et al., Supernova 1996cr: SN 1987A's Wild Cousin?”. Entre los otros co-autores del artículo se encuentran Niel Brandt (Penn State, EE.UU.), Stefan Immler (Centro Goddard de Vuelo Espacial de la NASA), Norbert Bartel (Universidad de York, Canadá), y Michael Bietenholz (Universidad de York y Radioobservatorio de Hartebeesthoek, Sud África). Franz Bauer pertenecía anteriormente a Penn State.

VLT

VLT de ESO en Paranal, Chile.

© ESO

Observatorio_Chandra

Observatorio Chandra de rayos X
© NASA

Telescopio_Espacial_Hubble

Telescopio Espacial Hubble.
© NASA


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Artículo original: ESO Press Release 32/08.
Título: “The Wild, Hidden Cousin of SN 1987A”
Fecha: Septiembre 25, 2008
Enlace con el artículo original:
aquí
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viernes, setiembre 26, 2008

El despertar de un imán estelar

Comunicado de Prensa ESO PR 31/08.

Se ha descubierto el primer candidato a magnetar ópticamente activo.

Los astrónomos han descubierto un objeto celestial muy extraño que emitió 40 destellos de luz visible antes de desaparecer nuevamente. Muy probablemente sea un eslabón perdido de la familia de las estrellas neutrónicas, el primer caso de un objeto con un campo magnético sorprendentemente poderoso que mostró alguna actividad fuerte y breve en luz visible.

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ESO PR Photo 31/08 – Un posible magnetar

Representación artística del candidato a magnetar.

© ESO/L.Calçada

Inicialmente, este raro objeto desconcertó a sus descubridores porque apareció como un estallido de rayos gamma, lo que sugería la muerte de una estrella en el universo distante. Pero poco después exhibió un comportamiento único que indica que su origen es mucho más cercano.

Después del pulso inicial de rayos gamma, hubo un período de actividad de tres días durante el cual se observaron 40 destellos de luz visible, seguidos 11 días después por un breve episodio destellante en el infrarrojo cercano, que fue registrado por el Telescopio Muy Grande de ESO. Luego, la fuente se durmió nuevamente.

“Estamos tratando con un objeto que ha permanecido en hibernación durante décadas, antes de entrar en un breve período de actividad”, explica Alberto J. Castro Tirado, autor principal de un artículo que aparece en el número de Nature de esta semana.

El candidato más probable para este misterioso objeto es un “magnetar” localizado en nuestra propia Vía Láctea, a unos 15 000 años-luz de distancia en la dirección de la constelación de Vulpécula, el Zorro. Los magnetares son jóvenes estrellas neutrónicas que un campo magnético ultra-poderoso, que es un trillón de veces más poderoso que el de la Tierra.

“Un magnetar podría borrar la información de todas las tarjetas de crédito de la Tierra desde la mitad de la distancia a la Luna”, dice el co-autor Antonio de Ugarte Postigo. “Los magnetares se mantienen quietos durante décadas. Es probable que haya una considerable población de ellos en la Vía Láctea, aunque solamente se ha identificado una docena de ellos”.

Algunos científicos han destacado que los magnetares deberían estar evolucionando hacia un agradable retiro, a medida que decae su campo magnético, pero hasta ahora no se ha identificado una fuente apta como evidencia de este esquema evolutivo.

El recién descubierto objeto, conocido como SWIFT J195509+261406 y que inicialmente se mostró como un estallido de rayos gamma (GRB 070610), es el primer candidato. La hipótesis magnetar para este objeto se ha visto reforzada por otro análisis, basado en otro conjunto de datos, que aparecen en el mismo número de Nature.

NOTAS:

Una estrella neutrónica es el remanente desnudo y condensado de una estrella masiva con una masa entre ocho y quince veces la del Sol, que ha expulsado sus capas externas luego de una explosión supernova. Las estrellas de este tipo tienen solamente unos 20 kilómetros de diámetro, y sin embargo son más masivas que el Sol.

Los magnetares son estrellas neutrónicas que poseen campos magnéticos cientos de veces más intensos que los de las estrellas neutrónicas promedio. La energía liberada durante una llamarada en el curso de un período de actividad puede equivaler a la energía liberada por el Sol en 10 000 años.

Castro-Tirado A. J. et al. 2008, “Flares from a candidate Galactic magnetar suggest a missing link to dim isolated neutron stars”, Nature, 25 September 2008. Un artículo de Alex Stefanescu et al. en el mismo número de Nature confirma la hipótesis magnetar.

El equipo está integrado por A. J. Castro-Tirado, A. de Ugarte Postigo, J. Gorosabel, M. Jelinek, M. A. Guerrero, F. J. Aceituno, R. Cunniffe, P. Kubanek, S. Vitek (IAA-CSIC, Granada, España), T. A. Fatkhullin, V. V. Sokolov, E. Sonbas, S. A. Trushkin, N. N. Bursov, y N. A. Nizhelskij (SAO, Academia Rusa de Ciencias), P. Ferrero, D. A. Kann, S. Klose, y S. Schulze (Thuringer Landessternwarte Tautenburg, Alemania), D. Sluse (Laboratoire d'Astrophysique, Ecole Polytechnique Fédérale de Lausanne (EPFL) Suiza), M. Bremer y J.M.Winters (IRAM, Saint Martin d d'Heres, Francia), D. Nuernberger (ESO, Santiago, Chile), D. Perez-Ramirez (Universidad de Jaen, España, y Universidad de Leicester, Reino Unido), J. French, G. Melady, L. Hanlon, y B. McBreen (Colegio Universidad de Dublín, Irlanda), K. Leventis y S. B. Markoff (Universidad de Amsterdam, Holanda), S. Leon (IRAM, Granada, España), A. Kraus (Max-Planck-Institut für Radioastronomie, Bonn, Alemania), A. C. Wilson (Universidad de Texas, Austin, EE.UU.), R. Hudec (Instituto Astronómico de la Academia Checa de Ciencias), M. Durant, J.M. Gonzalez-Perez, y T. Shahbaz (IAC, La Laguna, España), S. Guziy (Universidad Estatal Nikolaev, Ucrania), S. B. Pandey (Aryabhatta Research Institute of Observational-Sciences, India), L. Pavlenko (Observatorio Astrofísico de Crimea, Ucrania), C. Sanchez-Fernandez (Centro Europeo de Astronomía Espacial, Madrid, España), y L. Sabau-Graziati (INTA, Madrid, España). Antonio de Ugarte Postigo se encuentra ahora afiliado a ESO, Chile.

Los 42 científicos utilizaron datos obtenidos por ocho telescopios de todo el mundo, entre los que se cuentan el telescopio robótico BOOTES-2 en EELM-CSIC, el telescopio WATCHER del Observatorio Boyden (Sud África), el telescopio IAC80 de 0,8 mt del Observatorio del Teide (España), el telescopio Flemish Mercator de 1,2 mt del Observatorio de Roque de los Muchachos (España), el telescopio Tautenburg de 1,34 mt (Alemania), el telescopio IAA-CSIC de 1,5 mt del Observatorio de Sierra Nevada (España), el telescopio BTA de 6,0 mt en Rusia, el telescopio VLT de 8,2 mt de ESO en Chile y los telescopios IRAM de Pico Veleta y de Meseta de Bure, junto a los satélites SWIFT de la NASA y XMM-Newton de ESA.

VLT

VLT de ESO en Paranal, Chile.

© ESO


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Artículo original: ESO Press Release 31/08.
Título: “The Hibernating Stellar Magnet”
Fecha: Septiembre, 2008
Enlace con el artículo original:
aquí
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martes, setiembre 23, 2008

Adiós, 2003 EL61; hola, Haumea

La Unión Astronómica Internacional bautiza oficialmente al quinto planeta enano.

El 17 de septiembre de 2008, la UAI (o, por sus siglas en inglés: IAU: International Astronomical Union = Unión Astronómica Internacional) emitió su comunicado de prensa IAU0807, con la siguiente información:

Haumea

Representación artística de Haumea y sus dos satélites

© Wikipedia

“La Unión Astronómica Internacional (IAU) anunció en el día de hoy que el objeto previamente conocido como 2003 EL61 ha sido clasificado como el quinto planeta enano del sistema solar, y que ha recibido el nombre de Haumea.

La decisión fue tomada luego de ser discutida por miembros del Comité de Nomenclatura de Cuerpos Pequeños (CSBN = Committee on Small Body Nomenclature) y el Grupo de Trabajo de Nomenclatura para el Sistema Planetario (WGSPN = Working Group for Planetary System Nomenclature) de la Unión Astronómica Internacional. Esto significa que la familia de planetas enanos del sistema solar alcanza el número de cinco. A la fecha, los mismos son Ceres, Plutón, Haumea, Éride y Makemake.

El descubrimiento de Haumea fue anunciado a mediados de 2005, e inicialmente el objeto recibió la designación provisoria de 2003 EL61.

Es un objeto extraño con una forma que recuerda a un cigarro regordete. Su diámetro es aproximadamente igual al del planeta enano Plutón; sin embargo su rara forma indica que es mucho más delgado. Se sabe también que rota muy rápidamente, completando un giro sobre sí mismo en unas cuatro horas. Algunos han sugerido que esta rápida rotación podría ser la causa por la que Haumea haya llegado a lucir como lo hace: el planeta enano ha sido estirado y alargado por su veloz giro.

Haumea forma parte de los objetos trans-neptunianos, un vasto anillo de cuerpos fríos y rocosos en el sistema solar exterior. En estos momentos se encuentra a unas 50 veces la distancia Tierra-Sol (o sea, 50 UA = 50 Unidades Astronómicas), pero en su punto más cercano, la órbita elíptica de Humea lo acerca hasta unas 35 UA.

Haumea es el nombre de la diosa de la fertilidad y de los partos en la mitología hawaiana. El nombre resulta particularmente apto puesto que la diosa Haumea también representa al “elemento piedra” y las observaciones indican que, inusualmente, el planeta enano está compuesto casi en su totalidad por roca, con una corteza de hielo puro.

La mitología hawaiana dice que los hijos de la diosa Haumea surgieron de diferentes partes de su cuerpo. El planeta enano Haumea tiene una historia similar, ya que es acompañado en su órbita por dos satélites que se piensa fueron creados por impactos del pasado. Durante estos impactos fueron expulsadas partes de la superficie helada de Haumea. Se cree que los restos de estos impactos formaron posteriormente a las dos lunas.

Después de su descubrimiento, en 2005, los satélites también recibieron designaciones provisionales, pero ahora también fueron clasificados por CSBN y WGPSN.

Desde ahora, la primera y más grandes de las lunas será conocida como Hi´iaka, por la diosa hawaiana que nació de la boca de Haumea y es la diosa madre de la isla de Hawai. El segundo satélite de Haumea recibió el nombre de Namaka, un espíritu acuático que nació del cuerpo de Haumea.”

NOTAS Y COMENTARIOS

por Heber Rizzo

Haumea es un objeto del Cinturón de Kuiper y por lo tanto también se lo considera como un objeto trans-neptuniano.

Descubierto en 2005 por el astrónomo español José Luis Ortiz Moreno del Instituto de Astrofísica de Andalucía re-analizando observaciones realizadas en 2003, el hallazgo fue disputado por el investigador estadounidense Mike Brown y su equipo de Caltech, quienes sostenían que habían estado estudiando el objeto por aproximadamente medio año.
órbitas_de_Éride,_Makemake_y_Haumea

Las órbitas de Éride (2003 UB313, en verde), Makemake (2005 FY9, en azul), y de Haumea (2003 EL61, en rojo), comparadas con las de Urano, Neptuno y Plutón.

© Astrotaller

Como resultado de estas controversias, la UAI nombró el objeto a propuesta de David Rabinowitz, uno de los integrantes del equipo de Brown, y si bien el nombre del descubridor fue dejado en blanco, el lugar de descubrimiento sigue estando listado como el Observatorio de Sierra Nevada, en España. La denominación otorgada estuvo de acuerdo con las directivas generales de la UAI para los objetos en órbitas estables no-resonantes más allá de Neptuno, que indican para el caso nombres de seres mitológicos asociados con la creación.

Haumea es un planeta enano, pues a pesar de su extraña forma alargada se encuentra en estado de equilibrio hidrostático, pero no ha limpiado su vecindario orbital. Esta designación como planeta enano y su ubicación en el sistema solar lo clasifican también como “plutoide”.

Según estimaciones científicas, su masa es de 4,2 x 1021 kg, un 28% de la masa del sistema Plutón-Caronte, y su densidad de unos 2,6-3,3 g/cm3 (lo que sugiere un alto contenido de material rocoso; la densidad de Plutón es de 2 g/cm3 y la de la Luna es de 3,3 g/cm3). Su tamaño sería de unos 1 960 kms en su eje mayor y de unos 996 km en su eje menor, es decir un largo aproximadamente igual al diámetro de Plutón y un ancho de la mitad de ese diámetro. Esto lo colocaría entre los mayores objetos transneptunianos, cuarto después de Éride, Plutón y quizás Makemake, y antes que Sedna, Orcus, Quaoar y Varuna.

Haumea es también un objeto trans-neptuniano clásico, con una órbita bastante inclinada (28,19º, la inclinación de Plutón es de 17,14º) que lo ubica entre los cubewanos mayores, con un perihelio de 35,64 UA y un afelio de 51,526 UA (como comparación, el perihelio de Plutón es de 29,658 UA y su afelio es de 49,305 UA). Recordemos que la UA, o Unidad Astronómica, es la distancia media Tierra-Sol y equivale a 149 597 870 691 ± 30 metros, es decir, a casi 150 millones de kilómetros.

El período orbital de Haumea, o sea su “año”, es de 104 234 días terrestres, es decir, unos 285,4 años de la Tierra.

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Los ocho mayores objetos transneptunianos, por orden de tamaño: Éride, Plutón, Makemake, Haumea, Sedna, Orcus, Quaoar y Varuna, comparados con una fracción del diámetro de la Tierra

© Wikipedia


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Fuentes utilizadas:
- Unión Astronómica Internacional
- Wikipedia
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sábado, setiembre 20, 2008

Nuevos datos sobre la rotación galáctica

Comunicado de Prensa ESO PR 30/08.

Las estrellas pulsantes permiten una nueva y más precisa determinación de la rotación de nuestra galaxia.

Nuevas y muy exactas mediciones han mostrado que la rotación de la Vía Láctea es mucho más simple de lo que se pensaba anteriormente. Un notable resultado proveniente del instrumento más exitoso de ESO, HARPS, muestra que una aparente y muy discutida “caída” en dirección al Sol de las estrellas cefeidas vecinas es causada por una propiedad intrínseca de las mismas cefeidas.

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ESO PR Photo 30/08 – Cefeidas en el vecindario solar

Representación artística del vecindario local solar y su ubicación en nuestra galaxia. La figura muestra las posiciones de algunas estrellas brillantes (en blanco) así como a las ocho cefeidas utilizadas en la investigación (en azul). Después de haberse tenido en cuenta la rotación de la Vía Láctea (flecha roja), parecía que las cefeidas “caían” hacia el Sol (flechas azules). Ahora, se ha demostrado que esa “caída” es en realidad una ilusión.

© ESO

El resultado, obtenido por un grupo de astrofísicos liderados por Nicolas Nardetto, aparecerá muy pronto en la revista Astronomy & Astrophysics.

Desde que en 1912 Henrietta Leavitt descubriera sus propiedades únicas, la clase de estrellas luminosas y pulsantes conocidas como cefeidas, ha sido utilizada como un indicador de distancias. Combinadas con mediciones de velocidades, las propiedades de las cefeidas también han resultado ser una herramienta valiosa en las investigaciones para descubrir la forma en que rota nuestra galaxia, la Vía Láctea.

“La rotación de las cefeidas de la Vía Láctea es confusa, y ha generado discrepancias entre los investigadores”, dice Nardetto. “Si se toma en consideración la rotación de la galaxia, parecería que las cefeidas “caen” hacia el Sol con una velocidad media de unos 2 km/s”.

Por décadas se ha extendido un debate sobre si este fenómeno estaba realmente relacionado con el movimiento real de las cefeidas y, en consecuencia, a un complicado patrón de rotación de nuestra galaxia, o si era simplemente el resultado de efectos internos de las atmósferas de las cefeidas.

Nardetto y sus colegas observaron ocho cefeidas con la alta precisión del espectrógrafo HARPS, adosado al telescopio ESO de 3,6 metros en La Silla, a 2 400 metros de altitud sobre el desierto chileno de Atacama.

HARPS (High Accuracy Radial Velocity Planetary Searcher = Buscador Planetario de Velocidad Radial de Alta Precisión), es mejor conocido como un muy exitoso cazador de planetas, pero también puede ser utilizado para resolver otros casos complicados, donde su capacidad para determinar velocidades radiales (es decir, la velocidad a la un objeto se acerca o se aleja de nosotros) con una precisión fenomenalmente alta resulta invaluable.

“Nuestras observaciones demuestran que este movimiento aparente hacia nosotros surge, casi seguramente, de una propiedad intrínseca de las cefeidas”, dice Nardetto.

Los astrónomos descubrieron que las desviaciones en las velocidades medidas para las cefeidas estaban relacionadas con los elementos químicos de las atmósferas de las estrellas consideradas. “Este resultado, si se generaliza para todas las cefeidas, implica que la rotación de la Vía Láctea es más simple de lo que se creía anteriormente, y que ciertamente es simétrica alrededor de un eje”, concluye Nardetto.

NOTAS:

Nardetto, N., Stoekl, A., Bersier, D. & Barnes, T. G., High resolution spectroscopy for Cepheids distance determination. III. A relation between γ-velocities and γ-asymmetries", será publicado, en inglés, en Astronomy & Astrophysics.

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Observatorio de ESO en La Silla, desierto de Atacama, Chile.

© ESO


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Artículo original: ESO Press Release 30/08.
Título: “Pinning down the Milky Way's spin”
Fecha: Septiembre 19, 2008
Enlace con el artículo original:
aquí
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sábado, setiembre 13, 2008

Pirotecnias del cosmos

Imágenes celestes: NGC 6946, la Galaxia de los Fuegos Artificiales.



NGC_6946

NGC 6946

© Dietmar Hager

Es hora de mirar hacia atrás en el tiempo, hacia lo que sucedía hace 210 años, durante la noche del de septiembre. Sir William Herschel estaba al ocular de su telescopio en Slough, observando en tiempo real lo que había ocurrido hacía diez millones de años, los fuegos artificiales que se habían encendido en NGC 6946.

Durante algún tiempo, se creyó que NGC 6946 pertenecía a nuestro Grupo Local, principalmente porque sus estrellas podían resolverse fácilmente. Se observaba en ella un enrojecimiento que se suponía era indicador de su distancia, aunque ahora sabemos que es causado por el polvo interestelar.

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Telescopio de 40 pies de William Herschel en Slough.

© Wikipedia

Pero no es la nube de polvo que la recubre lo que hace que NGC 6946 resulte tan interesante, sino el hecho de que tantas supernovas y tantos eventos de formación estelar hayan chisporroteado en sus brazos a lo largo de los últimos años, algo que ha desconcertado a la ciencia. Tantos, de hecho, que han sido registrados cada uno o dos años durante los últimos sesenta.

Normalmente, las erupciones de formación estelar suceden en galaxias que tienen compañeros cercanos que las provean de materiales. Sin embargo, NGC 6946 parece ser única en ese aspecto. Según un estudio realizado en el año 2000 por Pisano (et al), “Esos compañeros ricos en gas podrían incluir restos de material provenientes del proceso de formación galáctica que podrían persistir hasta la fecha alrededor de una galaxia aislada tal como NGC 6946. Esta galaxia está formando estrellas prolíficamente, contiene un estallido nuclear, y posee gran cantidad de nubes de alta velocidad asociadas con el disco.

Todos estos rasgos podrían ser explicados por la acreción de nubes Hi de poca masa por parte de NGC 6946. Nuestra prospección ha recuperado dos galaxias enanas detectadas previamente asociadas con NGC 6946, pero por otro lado no descubrió rastros de interacciones en el sistema NGC 6946. Las compañeras son lo suficientemente pequeñas y se encuentran lo suficientemente lejos como para tener un efecto mínimo sobre la galaxia principal.

Podrían esperarse algunos restos de marea debidos a la interacción entre las dos galaxias enanas, pero no se observó ninguno. Esto podría ser a causa de su poca densidad, o porque las galaxias enanas se encuentran más separadas de lo que parecen estar en el cielo. El estudio de este sistema sugiere que NGC es un sistema unido gravitatoriamente con dos galaxias enanas en órbitas estables alrededor de la galaxia primaria más grande”
.

Pero eso fue ocurrió unos 8 años y 16 eventos en el pasado. Según estudios realizados por Eva Schinnerer (et al) en 2006, NGC 6946 ha sido “capturada en el acto” como una Galaxia de Estallido Estelar Nuclear impulsado por Barras. “Los datos, obtenidos con el Interferómetro Meseta de Bure IRAM (PdBI), permitieron la primera detección de un espiral de gas molecular en los ~10” (270 pc) interiores con una gran concentración de gas molecular (MH2~1,6x107 Msolar) dentro de los 60 pc interiores. Este amontonamiento nuclear muestra evidencias de una geometría tipo anillo dentro de un radio de ~10 pc, según se infiere por los diagramas posición-velocidad.

Tanto la distribución del gas molecular como su cinemática pueden ser bien explicadas por una barra estelar interna de unos 400 pc de largo. Un modelo cualitativo del flujo esperado de gas muestra que movimientos de corriente a lo largo de los lados principales de esta barra son una explicación plausible para la alta densidad del gas nuclear. Por lo tanto, NGC 6946 es un ejemplo excelente de cinemática de gas molecular producida por una barra estelar secundaria a pequeña escala”
.

Ahora, lo verdaderamente interesante: entender una estructura barrada. Gracias al Telescopio Espacial Hubble y a un estudio de más de 2 000 galaxias espirales, la Prospección Evolución Cósmica (Cosmic Evolution Survey = COSMOS), los astrónomos creen que la estructura barrada espiral no era muy común hace 7 000 millones de años en el universo local. La formación de barras en las galaxias espirales evolucionó a lo largo del tiempo.

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Observatorio Stargazer

© Stargazer Observatory

Un equipo liderado por Kartik Sheth del Centro de Ciencia Spitzer en el Instituto de Tecnología de California (Caltech) en Pasadena descubrió que únicamente el 20% de las galaxias espirales del pasado distante poseían barras, comparado con el casi 70% de sus contrapartes modernas. Esto hace que NGC 6946 sea, de hecho, muy rara… ya que su estructura barrada fue notada en los tiempos de Herschel, y su edad de 10 millones de años la pone más allá de lo que se considera una “galaxia moderna”.

La ciencia cree que las barras galácticas se han estado formando progresivamente a lo largo de los últimos 7 000 millones de años, más que triplicándose en número. “Las barras de formación reciente no están, sin embargo, distribuidas uniformemente según las masas galácticas, y este es un hallazgo clave de nuestra investigación”, explicó Sheth. “Se están formando principalmente en las galaxias pequeñas, de poca masa, mientras que en las galaxias más masivas, la fracción de barras era la misma en el pasado que en la actualidad”.

Los hallazgos, continuó Sheth, tienen importantes ramificaciones en la evolución galáctica. “Sabemos que la evolución es en general más rápida en el caso de las galaxias más masivas. Forman sus estrellas pronta y rápidamente y luego disminuyen su luminosidad formando discos rojos. Se sabe que las galaxias de poca masa forman estrellas más lentamente, pero ahora vemos que también construyen sus barras lentamente, a lo largo del tiempo”, dijo.

Las barras se forman cuando las órbitas estelares en una galaxia espiral se vuelven inestables y se desvían de su senda circular. “Los pequeños alargamientos en las órbitas de las estrellas crecen y las mismas quedan fijas en un lugar, creando una barra”, explicó el miembro del equipo Bruce Elmegreen de la división de investigación de IBM en Yorktown Heights, Nueva York. “La barra se hace más grande a medida que fija más y más de estas órbitas alargadas en su lugar. Finalmente, una gran fracción de las estrellas de la región interior de la galaxia se une a la barra”.

La miembro del equipo Lia Athanassoula del Laboratorio de Astrofísica de Marsella en Francia, agrega: “Las nuevas observaciones sugieren que la inestabilidad sucede más rápidamente en las galaxias más masivas, quizás porque sus discos interiores son más densos y su gravedad es mayor”. Las barras son quizás uno de los catalizadores más importantes para modificar una galaxia. Fuerzan una gran cantidad de gas hacia el centro galáctico, proveyendo combustible para una nueva formación estelar, construyendo abultamientos centrales de estrellas, y alimentando agujeros negros masivos.

“La formación de una barra puede ser el último acto importante en la evolución de una galaxia espiral”, dijo Sheth. “Se cree que las galaxias se construyen a sí mismas a través de fusiones con otras galaxias. Luego de asentarse, la única otra forma dramática para la evolución galáctica es a través de la acción de las barras”.

Pero los estudios sobre NGC 6946 no se han detenido. En 2005, Géminis II echó un vistazo a esta galaxia loca. “Para poder mantener su ritmo de actividad supernova, se deben forman o hacer nacer estrellas masivas de rápida evolución a un ritmo igual de rápido en NGC 6946”, dijo el Director Asociado de Géminis II, Jean-René Roy. “¡Sus estrellas están explotando como una sarta de petardos!”.

Y con todo esto, en 2007, los halos de hidrógeno…

Dice Rense Boomsma: “Un halo de hidrógeno neutro se encuentra rodeando un número creciente de galaxias espirales. No se sabe bien como es que se forman los halos de hidrógeno. La orientación de la cercana galaxia espiral NGC 6946 nos permite medir las velocidades verticales del gas en el disco de la galaxia y por lo tanto calcular como el gas se introduce en el halo. Descubrimos hidrógeno con altas velocidades hacia las regiones donde se están formando estrellas. Esta correlación sugiere que la formación de un halo de hidrógeno está relacionada con la formación de estrellas masivas. Una conexión cercana similar se puede ver en la cercana galaxia espiral NGC 253. En el caso de algunas nubes de hidrógeno en NGC 6946 tenemos indicios de que han sido acretadas desde el exterior de la galaxia”.

“¿Conoceremos alguna vez todo lo que hay que saber sobre galaxias como NGC 6946? Quizás no en nuestras vidas. Sin embargo, una de las cosas mejores es saber que es una galaxia que se puede observar y estudiar con los telescopios de patio trasero más grandes. Localizada en la constelación de Cefeo, y marcada con una magnitud de 8,9, esta pequeña espiral barrada mostrará alguna estructura con telescopios de 10” o más, contando con cielos decentes. ¿Quién sabe lo que sus noches puedan revelar?

Universe Today agradece al miembro de AORAIA, Dr. Dietmar Hager del Observatorio Stargazer, por el uso de esta imagen increíble y por el reto de recoger esta información.


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Artículo original: “The Fire Cracker Galaxy”
Autora: Tammy Plotner, para Universe Today
Fecha: Septiembre 06, 2008
Enlace con el artículo original:
aquí
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viernes, setiembre 12, 2008

Una explosión de dos cañones

Comunicado de Prensa ESO PR 28/08.

El más poderoso de los estallidos de rayos gamma proporciona una valiosísima información sobre la forma en que explotan las estrellas.

Astrónomos de todo el mundo combinaron datos proporcionados por telescopios con base en tierra y en el espacio para confeccionar un retrato detallado de la mayor explosión jamás vista. Las observaciones revelan que los chorros del estallido de rayos gamma denominado GRB 080319B apuntaban casi directamente hacia la Tierra.

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ESO PR Photo 28/08 – Un estallido de rayos gamma con dos chorros

Representación artística de un estallido de rayos gamma como GRB 080319B. La extraordinaria luminosidad de esta explosión se debió a que uno de los chorros estaba dirigido casi directamente hacia la Tierra.

© ESO

GRB 080319B fue tan intenso que, a pesar de haberse producido a medio camino de los confines del universo, pudo haber sido visto brevemente a simple vista (véase ESO PR 08/08: “Un estallido digno de ser contemplado”). En un artículo que aparecerá en el número del 11 de septiembre de la revista Nature, Judith Racusin de la Universidad Estatal de Penn, en Pennsylvania, EE.UU., y un equipo de 92 co-autores informan sobre observaciones a todo lo ancho del espectro que comenzaron 30 minutos antes de la explosión y que continuaron por meses después del evento.

“Llegamos a la conclusión de que la extraordinaria luminosidad del estallido surgió a causa de un chorro que lanzó material casi directamente hacia la Tierra a casi la velocidad de la luz; la diferencia es de solamente una parte en 20 000”, dice Guido Chincarini, uno de los miembros del equipo.

Los estallidos de rayos gamma son las explosiones más luminosas del universo. La mayoría de ellas ocurre cuando estrellas masivas agotan su combustible. Cuando una estrella colapsa, crea un agujero negro o una estrella neutrónica que, a través de procesos no totalmente comprendidos, impulsan hacia fuera poderosos chorros de gas. Cuando los chorros llegan al espacio, chocan contra el gas que había sido previamente expulsado por la estrella y lo calientan, generando así brillantes post-resplandores.

El equipo cree que el chorro dirigido hacia la Tierra contenía un componente ultra-veloz de apenas 0,4 grados de ancho (es decir, ligeramente menor que el diámetro aparente de la Luna llena). Este chorro estaba contenido dentro de otro chorro ligeramente menos enérgico y unas 20 veces más ancho.

El componente más ancho es también más típico de otros estallidos. “Quizás cada estallido de rayos gamma contiene un chorro angosto, pero la mayoría de las veces los astrónomos no pueden detectarlo”, dice el miembro del equipo Stefano Covino. “Simplemente observamos a este monstruo desde el cañón de un chorro muy angosto y enérgico, y la oportunidad de ver este alineamiento casi de frente ocurre una sola vez por década”, agrega su colega Cristiano Guidorzi.

GRB 080319B fue detectado por el satélite Swift de NASA/STFC/ASI en la dirección de la constelación de Bootes, el “Boyero”. Un conjunto de telescopios con base en tierra reaccionó rápidamente para estudiar este nuevo objeto celeste, incluyendo al Telescopio Muy Grande de ESO, el cual fue el primero en proporcionar la distancia del objeto, 7 500 millones de años-luz.

La luz visible del estallido fue detectada por un puñado de cámaras de gran angular de todo el mundo que están montadas sobre telescopios que monitorean constantemente una gran fracción del cielo. Una de ellas era TORTORA, una cámara montada sobre el telescopio REM de 0,6 metros de ESO en el Observatorio de La Silla.

La fotografía rápida de TORTORA proporciona la visión más detallada hasta ahora de la luz visible asociada con la explosión inicial de un estallido de rayos gamma. “Habíamos estado esperando por mucho tiempo a uno como éste”, dice el científico principal de TORTORA Grigory Beskin del Observatorio Especial de Astrofísica de Rusia. Los datos recogidos simultáneamente por TORTORA y el satélite Swift permitió a los astrónomos explicar las propiedades de este estallido.

NOTAS:

Racusin, J. L. et al., 2008. “Broadband observations of the naked-eye gamma-ray burst GRB 080319B“, Nature, 11 de septiembre de 2008.

La cámara TORTORA está montada sobre el telescopio italiano REM en el Observatorio de ESO de La Silla, en Chile. Fue construido y es operado por una colaboración entre la Universidad Estatal de Bolonia y el Observatorio de Brera, en Italia, y del Observatorio Especial Astrofísico y el Instituto de Instrumentos Precisos, de Rusia.

El equipo REM está integrado por G. Chincarini, E. Molinari, F.M. Zerbi, L.A. Antonelli, S. Covino, P. Conconi, L. Nicastro, E. Palazzi, M. Stefanon, V. Testa, G. Tosti, F. Vitali, A. Monfardini, F. D'Alessio, P. D'Avanzo, D. Fugazza, G. Malaspina, S.D. Vergani, S. Campana, P. Goldoni, D. Guetta, N. Masetti, E.J.A. Meurs, L. Norci, E. Pian, A. Fernandez-Soto, L. Stella, G. Tagliaferri, G. Ihle, L. Gonzalez, A. Pizarro, P. Sinclair, y J. Valenzuela.

El equipo TORTORA está compuesto por G. Beskin, S. Karpov, S. Bondar, A Guarnieri (TORTORA Italiana), C. Bartolini, G. Greco, A. Piccioni, D. Nanni, F. Terra, y E. Molinari.

Swift es gerenciado por el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA. Fue construido y es operado en colaboración con la Universidad Estatal Penn, el Laboratorio Nacional de Los Alamos y por General Dynamics en los EE.UU., el Observatorio Brera y la Agencia Espacial Italiana en Italia, la Universidad de Leicester y el Laboratorio de Ciencia Espacial Mullard en el Reino Unido, además de socios en Alemania y Japón.

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Observatorio espacial de rayos gamma Swift.

© NASA


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Artículo original: ESO Press Release28/08.
Título: “The Double Firing Burst”
Fecha: Septiembre 10, 2008
Enlace con el artículo original:
aquí
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martes, setiembre 09, 2008

¡Fijaos en el hueco!

Comunicado de Prensa ESO PR 27/08.

Un instrumento del Telescopio Muy Grande de ESO indica la presencia de planetas en discos jóvenes de gas.

Los astrónomos han podido estudiar con un detalle sin precedentes discos de formación planetaria alrededor de estrellas jóvenes tipo Sol, revelando claramente el movimiento y la distribución del gas en las regiones interiores del disco. Este resultado, que probablemente implica la presencia de planetas gigantes, fue posible gracias a la combinación de un método muy inteligente conjuntado con el Telescopio Muy Grande (VLT) de ESO.

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ESO PR Photo 27a/08 – Disco de formación planetaria

Ya se sabía que los discos de polvo (representados en color amarronado) presentaban huecos, pero los astrónomos descubrieron que también había gas en los huecos (que aquí se ven en color blanco). Esto puede significar que el polvo se ha acumulado para formar embriones planetarios, o que el planeta ya se ha formado y se encuentra en proceso de eliminar el gas en el disco.

© ESO

Los planetas podrían ser el hogar de otras formas de vida, de modo que el estudio de los exoplanetas ocupa un lugar muy alto en la lista de la astronomía contemporánea.

Ya se conocen más de 300 planetas que orbitan alrededor de estrellas diferentes a nuestro Sol, y estos nuevos mundos muestran una diversidad asombrosa en sus características. Pero los astrónomos no observan únicamente a los sistemas donde los planetas ya se han formado; también pueden obtener mucha información por el estudio de los discos que rodean a las estrellas jóvenes en los cuales pueden estarse formando planetas en la actualidad. “Es como retroceder 4 600 millones de años en el tiempo para ver cómo se formaron los planetas de nuestro sistema solar”, dice Klaus Pontoppidan de Caltech, quien encabezó la investigación.

Pontoppidan y sus colegas analizaron tres jóvenes análogos de nuestro Sol que están, cada uno de ellos, rodeados por un disco de gas y polvo a partir del cual podrían formarse planetas. Estos tres discos tienen apenas unos pocos millones de años de edad y ya se sabían que contenían huecos o brechas en ellos, lo que indicaba regiones donde el polvo había sido eliminado y la presencia posible de planetas jóvenes.

Los nuevos resultados no solamente confirman que hay gas presente en los huecos del polvo, sino que también permitieron a los astrónomos medir cómo está distribuido el gas en el disco y cómo está orientado el disco.

En las regiones en las que parece haberse eliminado el gas, éste todavía se encuentra abundantemente en forma molecular. Esto puede significar tanto que el polvo se ha acumulado para formar embriones planetarios, como que ya se ha formado un planeta y que se encuentra en proceso de eliminar el gas en el disco.

En el caso de una de las estrellas, SR 21, una explicación probable es la presencia de un masivo planeta gigante que orbita a menos de 3,5 veces la distancia Tierra-Sol, mientras que en el caso de una segunda estrella, HD 135344B, es posible que haya un planeta orbitando a 10 o 20 veces la distancia Tierra-Sol. Las observaciones de la tercera estrella, TE Hydrae, pueden también requerir la presencia de uno o dos planetas.

“Nuestras observaciones realizadas con el instrumento CRIRES adosado al Telescopio Muy Grande de ESO revelan claramente que los discos que rodean a estas tres estrellas jóvenes tipo Sol son todos muy diferentes y muy posiblemente resultarán en sistemas planetarios muy diferentes”, concluye Pontoppidan. “Ciertamente, la naturaleza no gusta de repetirse a sí misma” [1].

“Esta clase de observaciones complementan el trabajo futuro del observatorio ALMA, que fotografiará a estos discos con gran detalle y en una escala mayor”, agrega Ewine van Dishoeck, del Observatorio de Leiden, quien trabaja con Pontoppidan.

El estudio de huecos en discos de polvo que tienen el tamaño del sistema solar y que rodean a estrellas que se encuentran a distancias de hasta 400 años-luz es un reto formidable que requiere una solución inteligente y los mejores instrumentos posibles [2].

“La fotografía tradicional no puede pretender ver detalles de escala planetaria para objetos que se encuentran tan lejos”, explica van Dishoeck. “La interferometría puede obtener mejores resultados pero no nos permite seguir el movimiento del gas”.

Los astrónomos utilizaron una técnica conocida como “fotografía espectro-astrométrica” que les ofrece una ventana hacia las regiones interiores de los discos donde pueden estarse formando planetas tipo Tierra. Pudieron no solamente medir distancias tan pequeñas como un décimo de la distancia Tierra-Sol, sino también medir la mismo tiempo la velocidad del gas [3].

“La configuración particular del instrumento y el uso de la óptica adaptable permite a los astrónomos llevar a cabo observaciones con esta técnica en una forma muy amistosa; en consecuencia, la fotografía espectro-astrométrica con CRIRES puede ser realizada ahora en forma rutinaria”, dice el miembro del equipo Alain Smette, de ESO [4].

NOTAS

Pontoppidan, K. M. et. al. 2008, “Spectro-Astrometric Imaging of Molecular Gas Within Protoplanetary Disk Gaps”, Astrophysical Journal, 684, 1323, Septiembre 10, 2008.

Los miembros del equipo son: Klaus M. Pontoppidan, Geoffrey A. Blake, y Michael J. Ireland (Instituto de Tecnología de California, Pasadena, EE.UU.), Ewine F. van Dishoeck (Observatorio de Leiden, Holanda, e Instituto Max-Planck de Física Extraterrestre, Garching, Alemania - MPE), Alain Smette (ESO, Chile), y Joanna Brown (MPE).

[1] Los discos tienen un diámetro de aproximadamente cien unidades astronómicas (UA, es decir, la distancia media entre la Tierra y el Sol, o sea unos 149,6 millones de kilómetros), pero las estrellas se encuentran a más de 200 años-luz de distancia, (un año-luz equivale a unas 200 000 UA). El resolver estructuras en escalas de 1 UA en estos sistemas equivale a leer la matrícula de un automóvil a una distancia de 2 000 kilómetros, es decir, aproximadamente la distancia entre Estocolmo y Lisboa.

[2] CRIRES, el espectrógrafo del infrarrojo cercano adosado al Telescopio Muy Grande de ESO, es alimentado por el telescopio a través de un módulo de óptica adaptable que corrige el efecto de distorsión de la atmósfera de modo que hace posible tener una ranura muy angosta con una alta dispersión espectral; el ancho de la ranura es de 0,2 arcosegundos y la resolución espectral es de 100 000. Utilizando la espectro-astrometría se puede alcanzar una resolución espacial de menos de un mili-arcosegundo.

[3] El núcleo de la fotografía espectro-astrométrica radica en la capacidad de CRIRES de ser posicionado muy precisamente en el cielo, a la vez que retiene la capacidad de difundir la luz en un espectro tal que pueden ser detectadas las diferencias de longitudes de onda de una parte en 100 000.

Más precisamente, los astrónomos miden el centroide en la dirección espacial de una línea de emisión resuelta espectralmente: en efecto, los astrónomos toman una línea nítida de emisión (una huella dactilar clara de una molécula en el gas) y utilizan los datos de varias posiciones de la ranura para localizar las fuentes de líneas de emisión en particular, y por lo tanto de mapear la distribución del gas con una precisión mucho mayor de la que se puede lograr con fotografía directa. Los astrónomos han obtenido espectros de los discos centrados en longitudes de onda de 4,175 micrones en seis diferentes ángulos de posición.

[4] Alain Smette es el Científico del Instrumento CRIRES.

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VLT de ESO en Paranal, Chile.

© ESO


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Artículo original: ESO Press Release 27/08.
Título: “MIND THE GAP”
Fecha: Septiembre 08, 2008
Enlace con el artículo original:
aquí
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miércoles, setiembre 03, 2008

La galaxia de los míl rubíes

Comunicado de Prensa ESO PR 25/08.

Un molinete prodigioso reluce en la oscuridad.

La Cámara Gran Angular (WFI = Wide Field Imager) de ESO ha capturado los intrincados remolinos de la galaxia espiral Messier 83, una réplica de menos tamaño de nuestra Vía Láctea. Brillando con la luz de miles de millones de estrellas y el resplandor rojo rubí del gas hidrógeno, es un hermoso ejemplo de espiral barrada, y cuya forma ha hecho que se la bautizara con el nombre de Molinete Austral.

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ESO PR Photo 25/ 08– Galaxia espiral Messier 83

Imagen compuesta en color de la sorprendente galaxia espiral M83, confeccionada con datos obtenidos por la Cámara Gran Angular del telescopio MPG de 2,2 metros de ESO en La Silla. La exposición fue de cuatro períodos de 25 minutos a través de diferentes filtros (B, V, R y Halpha). Los datos fueron procesados por Davide De Martin, y el campo de visión cubierto es de 17 x 17 arcominutos.

© ESO

Esta dramática imagen de Messier 83 fue capturada por la Cámara Gran Angular del Observatorio La Silla de ESO, localizado en las alturas de las áridas montañas del desierto de Atacama, en Chile.

Messier 83 se ubica a unos 15 millones de años-luz en la dirección de la enorme constelación austral de la Hidra (la serpiente marina). Se extiende por unos 40 000 años-luz, lo que la hace unas 2,5 veces más pequeña que nuestra Vía Láctea. Sin embargo, en algunos aspectos, Messier 83 es bastante similar a nuestra propia galaxia. Ambas muestran una barra que cruza su núcleo galáctico, la densa conglomeración esférica de estrellas que se observa en el centro de las galaxias.

La muy detallada fotografía muestra los brazos espirales de Messier 83 adornados por incontables reflejos brillantes de luz de color rojo rubí. Estas son, de hecho, enormes nubes de resplandeciente gas hidrógeno. La radiación ultravioleta proveniente de estrellas masivas recién nacidas está ionizando el gas de estas nubes, haciendo que grandes regiones de hidrógeno reluzcan en color rojo.

Estas regiones de formación estelar se contrastan dramáticamente contra el resplandor etéreo de estrellas amarillas más viejas cercanas al cubo central de la galaxia. Esta imagen muestra también el delicado trazado de sinuosas corrientes oscuras de polvo que se entrelazan con los brazos de la galaxia.

Messier 83 fue descubierta por el astrónomo francés Nicolás Louis de Lacaille hacia mediados del siglo XVIII. Décadas más tarde fue incluida en el famoso catálogo de objetos del cielo profundo compilado por otro astrónomo francés, el famoso cazador de cometas Charles Messier.

Observaciones recientes de esta enigmática galaxia realizadas en luz ultravioleta y en ondas de radio han mostrado que incluso sus desoladas regiones exteriores (más lejanas que las que se muestran en esta fotografía) están pobladas por estrellas bebé.

Estudios en rayos-X del corazón de Messier 83 han demostrado que su centro es un hervidero de vigorosa formación estelar, ubicado en la profundidad de una nube de gas súper caliente, con temperaturas que alcanzan los 7 millones de grados centígrados.

Messier 83 es también uno de los productores más prolíficos de supernovas, es decir, de estrellas que explotan: esta es una de las dos galaxias que han mostrado seis supernovas en los últimos cien años. Una de estas estrellas en explosión, SN 1957D, se mantuvo observable durante 30 años.

La Cámara Gran Angular es un instrumento astronómico especializado adosado al telescopio de 2,2 metros Max-Planck Society/ESO ubicado en el observatorio de La Silla, en Chile. Localizado a casi 2 400 metros sobre el nivel del mar en la cima de las montañas del desierto de Atacama, La Silla goza de uno de los cielos más limpios y oscuros de todo el planeta, lo que hace que el lugar se adapte idealmente para el estudio de las profundidades más lejanas del universo.

Para componer esta imagen, WFI observó a M83 durante unos 100 minutos, a través de una serie de filtros especiales que permitieron develar los detalles más finos de la galaxia. Las estrellas más luminosas en el primer plano son objetos de nuestra propia galaxia, mientras que detrás de M83 la oscuridad está salpicada por las tenues manchas de galaxias distantes.

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Observatorio de ESO en La Silla, desierto de Atacama, Chile.

© ESO


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Artículo original: ESO Press Release 25/08.
Título: “The Thousand-Ruby Galaxy”
Fecha: Septiembre 02, 2008
Enlace con el artículo original:
aquí
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