martes, enero 29, 2013

¿Cuál es la importancia del parón del calentamiento global?

Los satélites nos muestran que ya han transcurrido más de 16 años sin que aumenten las temperaturas globales.

Prácticamente todos los días, los medios de comunicación, ministerios y agencias públicas y grupos ecologistas nos bombardean con noticias de fenómenos meteorológicos como lluvias, nevadas, incendios, inundaciones y nevadas que, según ellos, son causados por el así llamado “cambio climático”.

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Fig. 1: Temperatura global de la tropósfera desde Enero 1997 hasta Diciembre 2012, según mediciones satelitales. A lo largo de este período las temperaturas han permanecido “planchadas”.
© RSS/WoodForTrees

Estas alarmas y profecías de desastres para el futuro del planeta han sonado desde hace unos treinta años. Los políticos han creado oficinas, grupos especializados e incluso ministerios para combatir estos supuestos peligros y, lo que es más duro para los ciudadanos, han creado tasas e impuestos muy onerosos que han afectado y empobrecido a los ciudadanos con la excusa de “reducir las emisiones de carbono”.


La supuesta amenaza fue inicialmente conocida como “calentamiento global antropogénico (o hipótesis CGA)”, aunque que hacia los años ´90, y como no se había podido encontrar ninguna prueba de que la actividad humana fuera la causa del calentamiento ocurrido desde fines de los ´70, pasó a ser llamada simplemente “calentamiento global”.

A principios de este siglo XXI los “calentólogos” comenzaron a notar que las temperaturas habían dejado de subir, por lo que su hipótesis cambió otra vez de denominación para ser re-bautizada con el engañoso nombre de “cambio climático”... pretendiendo así sugerir la idea de que el clima terrestre había permanecido estático a lo largo del tiempo, cuando la verdadera realidad del mismo ha sido el cambio constante, con períodos cálidos y fríos que se han sucedido en ciclos y todos ellos provocados por causas naturales.

La Fig. 1 de más arriba nos muestra los registros satelitales de temperatura desde enero de 1997 hasta diciembre de 2012. Podemos ver que el calentamiento se ha detenido y que las temperaturas han quedado totalmente “planchadas” desde entonces, algo que contradice tanto los fundamentos como las predicciones de la hipótesis CGA.

CO2_1979-2012
Fig. 2: Los satélites han registrado las temperaturas globales desde 1979. Durante todo ese período los niveles de CO2 se han elevado sin pausa, mientras que las temperaturas subieron hasta 1997 pero desde entonces ese calentamiento se ha detenido. En estos últimos 16 años no se observa ningún efecto invernadero notable del dióxido de carbono.
© RSS/Mauna Loa/WoodForTrees

Lamentablemente para sus impulsores, el esfuerzo de relaciones públicas para cambiar el nombre de la hipótesis no pudo evitar que el problema continuara agravándose, tanto que en el año 2008 la agencia estadounidense NOAA, uno de los centros oficiales mundiales de la trama CGA, publicó un informe declarando que se necesitaría un lapso de al menos 15 años sin calentamiento para que la hipótesis se viera en problemas. Tres años después, en 2011, el Dr. Ben Santer, otro de los popes de la hipótesis, viendo que las temperaturas continuaban sin subir extendió el período mínimo a 17 años.

La Fig. 2 enseña lo sucedido desde enero de 1979 hasta diciembre de 2012, es decir durante todo el período en que hemos podido disponer de mediciones satelitales. Los niveles de CO2 medidos en Mauna Loa y reconocidos por todos los científicos tanto “oficiales” como escépticos han pasado en ese lapso de 363 ppm (partes por millón) a 395 ppm.

También podemos ver claramente que las temperaturas subieron hasta 1997 (el año de 1998 fue una anomalía, en el sentido de que hubo un fenómeno de El Niño particularmente fuerte). Es básicamente ese calentamiento de 18 años acompañado por un aumento de los niveles atmosféricos de dióxido de carbono lo que dio pie a la formulación de la hipótesis.

Pero ahora los cultores de la hipótesis se encuentran con un hecho que no habían previsto. Contrariamente a lo que predecían sus modelos, desde 1997 el calentamiento se ha detenido y ya han pasado 16 años desde que comenzara el “parón”. Por lo tanto, el período máximo oficial sugerido por NOAA ya se ha cumplido, y el intento desesperado de Ben Santer para prolongarlo también va en camino de pasar a la historia. Si en los próximos doce meses no aparece un fenómeno espectacular, una aparición fortísima del El Niño, por ejemplo, los “calentólogos” deberán reconocer su error o inventar alguna otra excusa plausible.

Pero hay algo más todavía, algo que puede resultar interesante al lector, y eso lo veremos en la siguiente gráfica:

Temperatura_RSS_2002-2012
Fig. 3: Algo para pensar. Desde enero de 2002 hasta diciembre de 2012, los satélites nos muestran que las temperaturas no solamente no han subido, sino que incluso han descendido ligeramente.
© RSS/WoodForTrees

Contrariamente a lo que nos habían augurado los “calentólogos” y a lo que los medios de comunicación y los alarmistas nos aseguran cada día, durante los últimos once años las temperaturas (según los muestran los registros satelitales) no solamente no han subido sino que incluso han descendido ligeramente. Es apenas una décima de grado, por cierto, y el lapso es demasiado corto como para extraer conclusiones definitivas, pero...

Detengámonos un instante para reflexionar. Continuamente nos están diciendo que hay toda clase de catástrofes climáticas (inundaciones, sequías, olas de calor, olas de frío, tormentas, etc) producidas por el calentamiento-global-antropogénico/calentamiento-global/cambio-climático como consecuencia de la maligna intervención humana y su agente de destrucción, el dióxido de carbono.

Por ejemplo, en estas primeras semanas de enero de 2013 veíamos en la TV las imágenes de una ola de calor en Australia y de terribles incendios producidos allí, todo ello (según climatólogos oficiales, eco-alarmistas y políticos interesados) como consecuencia de ese supuesto calentamiento global. El hecho de que Australia esté en el hemisferio sur y que allí sea verano en estos momentos y a que por su situación geográfica sea además un lugar especialmente cálido no fue tenido en cuenta.

Pero mientras mostraban esas imágenes desde 20.000 km de distancia no decían nada o casi nada de la durísima ola de frío que estaba ocurriendo simultáneamente aquí al lado, un poco al norte de nuestras fronteras. En el Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Rusia, etc., una dura ola de frío paralizaba todo y causaba más de 400 muertos. Lo mismo sucedía un poco más lejos, en China, la India y los EE.UU., y cientos de personas más fallecían de frío.

Recién en la última semana de enero aparecieron algunas tímidas referencias sobre ese drama que estaba viviendo el hemisferio norte, y eso fue seguramente porque las nieves también estaban llegando a España. Curiosamente, no hubo prácticamente ningún dato sobre muertes producidas por esta ola gélida.

¿Calentamiento global antropogénico? ¿Desastres causados por las emisiones de CO2? Los datos de la realidad nos demuestran que nos están mintiendo descaradamente, que todo lo que nos juran cada día es solamente un engaño.

Dijo Richard Feynman, el maestro de científicos:
“No importa lo atractiva que sea una teoría, ni la inteligencia o el renombre de quien la proponga; si no concuerda con los hechos, está equivocada.

La hipótesis del calentamiento global antropogénico no concuerda con los datos de la realidad, y por lo tanto es errónea.

¿Significa eso que el calentamiento se haya detenido realmente? Esperemos que no. La historia nos enseña que la humanidad ha prosperado en las épocas cálidas, y ha sufrido cuando llegaron los fríos. En realidad, un par de grados más nos vendrían bastante bien, tal como los que disfrutamos hace 1000 años (y también hacia el 200 a.C. y también por el 2500 a.C.). Esas fueron épocas de abundancia, incluso más que la actual, relativamente hablando.


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Fig. 4: Durante la mayor parte de los últimos 65 millones de años las temperaturas han sido bastante más altas que las actuales. Pero hace unos 2 millones de años entramos en una era glacial con períodos muy fríos llamados estadiales (o glaciales) de unos 100.000~120.000 años de duración, intercalados con períodos un poco menos fríos, los inter-estadiales (o interglaciales), que duran entre 10.000~15.000 años. Nuestro inter-estadial actual, el Holoceno, comenzó hace aproximadamente 12.000 años.
© Desde el exilio

Todas esas fluctuaciones de temperatura, las tormentas, las sequías y las inundaciones, todo eso es provocado por causas naturales. La madre naturaleza es mucho más poderosa que la tecnología y la soberbia humanas. Los fenómenos meteorológicos han sido, son y seguirán siendo producto de la naturaleza, y es poco lo que la humanidad puede hacer al respecto. Nuestra influencia, si es que la tenemos, es en realidad casi despreciable, al menos a nivel global. El clima ha cambiado una y otra vez a lo largo de los 4500 millones de años de la historia de nuestro planeta, y seguirá cambiando. Es su condición natural.

Eso no quiere decir que, a nivel muy local, no tengamos alguna influencia. Las ciudades, las carreteras, las represas de agua, nuestras plantaciones e incluso nuestros ganados modifican las condiciones micro-climáticas de su entorno. Pero somos apenas una minúscula parte de toda la enormidad de nuestro mundo.

La historia geológica del planeta nos enseña que en realidad vivimos en una época bastante fría, aunque a nosotros nos parezca normal y hasta relativamente cálida. De hecho, los 12.000 años del Holoceno han significado una muy buena época para nosotros. Su principio coincide con el neolítico, el desarrollo de la agricultura y el comienzo de nuestras civilizaciones. Aunque no todo ha sido fácil y agradable.

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Fig. 5: Temperaturas de los últimos 5000 años, según los núcleos de hielo de Groenlandia. Los períodos cálidos Minoico (hace 3500 años), Romano (hace 2300 años) y Medieval (hace 1200 años) fueron todos más cálidos que el actual, aunque las temperaturas máximas alcanzadas han venido descendiendo paulativamente. Por entonces no había ninguna civilización tecnológica comparable a la moderna ni “emisiones de CO2” como las actuales.
© IceCap

La Fig. 5 nos cuenta lo que ha pasado en estos últimos 5.000 años.

Al igual de lo que sucede con las grandes eras glaciales, también en los interglaciales hay fluctuaciones de la temperatura. Durante los períodos más cálidos las civilizaciones avanzan, hay riqueza y desarrollo, y la población crece. Pero cuando llegan los fríos comienzan los problemas: los imperios caen y hay hambrunas, migraciones, guerras y miseria.

El último período frío, la así llamada Pequeña Edad de Hielo, fue el más duro de todos los del Holoceno, y la historia reciente nos muestra todos sus pormenores. ¿Han leído a Charles Dickens? Vivió durante la época más fría de la Pequeña Edad de Hielo, vio como se congelaba el Támesis y como la miseria se extendía a su alrededor; sus lúgubres relatos nos lo muestran muy claramente.

Por eso digo que espero que el calentamiento no se haya detenido y que únicamente sea una pausa, una mueca de la naturaleza. Ya llevamos 12.000 años del Holoceno, de modo que en algún momento en el futuro, dentro de 100, 500 o 5.000 años, nuestro interglacial llegará a su fin, los fríos volverán y el hielo avanzará otra vez sobre Europa.

No permitamos que nos engañen. La hipótesis del calentamiento global antropogénico es apenas, en el mejor de los casos, un trágico error que nos está costando muy caro. Si la madre naturaleza nos es propicia, en cambio, un par de grados más nos vendrían muy bien, aunque no creo que esta vez los alcancemos. Cada uno de los máximos de temperatura del Holoceno ha sido más frío que el anterior, y es posible que nuestro máximo actual haya sido alcanzado a fines del siglo XX.

Por eso debemos mejorar nuestra educación y nuestra tecnología, y poner al alcance de la gente energía en abundancia y lo más barata y confiable que sea posible. Si la encarecemos por medio de impuestos y subsidios innecesarios, si la entorpecemos en nombre de una reducción de emisiones de dióxido de carbono que no tiene sentido ni razón, estaremos favoreciendo la pobreza y poniendo en peligro el futuro de nuestra sociedad.

Nuestro único escudo es el desarrollo tecnológico y económico. Por nosotros, por nuestros hijos y por los hijos de nuestros hijos, no podemos aceptar que nos sigan mintiendo.

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Como dice Doug L. Hoffman: “Cuídense, disfruten el interglacial y manténganse escépticos”.
”edad_de_hielo”

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2 comentarios:

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

Excelente artículo.

carlos-elabuelo dijo...

Sigues pareciéndome ecuánime heber. Por ello agradezco tus documentados artículos.