Un vistazo a las temperaturas del mundo según la latitud en que son registradas. |
Que el clima cambia, es algo en lo que todos estamos de acuerdo. Al fin y al cabo, esa es la norma desde hace 4500 millones de años, y así ha sido durante toda la historia de nuestro planeta. Que el hombre sea la causa del último período de calentamiento es algo que muchos dudamos, y por razones fundadas.
Los trópicos conforman la región que muestra la menor variabilidad climática a lo largo de la historia. Incluso durante el último período glacial, los trópicos siguieron siendo una zona cálida donde los animales pudieron sobrevivir en las selvas lluviosas. Es también el lugar de la Tierra más influenciado por el ciclo de ENSO (siglas con las que se conoce al fenómeno natural de “El Niño Southern Oscilation”, o sea la Oscilación Austral de El Niño).
También casi todos coincidimos en que sí hubo un calentamiento global en el último cuarto del siglo XX, aunque podamos disentir en cuanto a su nivel. Pero en ciencia nada es una verdad absoluta e inamovible, y quizás también en este punto los hechos nos obliguen a cambiar de opinión.
Según nos cuentan los proponentes de la hipótesis del calentamiento global antropogénico (nombre original, después cambiado a “calentamiento global” y desde hace ya hace algunos años re-bautizado como “cambio climático”) todo el planeta está sufriendo un calentamiento sin precedentes.
En su opinión, en el pasado hubo aberraciones en las que solamente una parte del mundo se calentó o se enfrió. Intentan de esa forma desacreditar al Período Cálido Medieval y a la Pequeña Edad de Hielo, presentándolos como meros fenómenos locales en contraposición a la situación global actual.
Incluso dejando de lado el hecho de que toda la histeria alarmista se ha fundado principalmente en una construcción estadística ya científicamente refutada (el así llamado “Palo de Hockey”), que utilizó solamente un único árbol del hemisferio norte para proclamar el calentamiento global, un estudio más detallado de las temperaturas recientes de nuestro planeta podría quizás ofrecer una nueva luz sobre el asunto, y eso es lo que intenta hacer un muy interesante artículo del blog The Inconvenient Skeptic.
John Kehr, el autor del artículo, utiliza para su trabajo los registros satelitales proporcionados por la Universidad de Alabama, los muy conocidos “datos UAH”, cuya validez es ampliamente aceptada por los científicos de todo el mundo, tanto sostenedores como escépticos de la mencionada hipótesis.
Según nos dice, las razones principales para su elección de esta fuente de datos son dos:
1) Tiene la mayor cantidad de datos discriminados por latitud específica.
2) Ofrece la mayor cobertura global, examinando el 99,9% de la superficie del planeta.
A esto, yo agregaría que los datos van desde 1979 hasta la fecha, por lo cual también se cubre un período de treinta años (treinta y dos, para ser exactos), lapso que según los climatólogos de hoy es el necesario para poder definir un clima dado.
Para este trabajo, Kehr decidió dividir al planeta en tres regiones según su latitud:
Boreal: 20º N a 85º N, 166,8 millones de km2, un 32,7% de la superficie terrestre.
Tropical: 20ºS a 20ºN, 174,5 millones de km2, un 34,2% de la superficie terrestre.
Austral: 20ºS a 85ºS, 166,8 millones de km2, un 32,7 de la superficie terrestre.
Mediante este sistema es posible dividir a la Tierra en tres regiones específicas que son casi idénticas en extensión. De esta forma se puede medir la temperatura de un 99,6% de la atmósfera inferior del planeta. La resolución satelital es de 4 km2, de modo que los 508,1 km2 de la superficie de la Tierra son examinados por el equivalente a un total de 127 millones de termómetros separados entre sí por una distancia de 2 km.
Según nos cuentan los proponentes de la hipótesis del calentamiento global antropogénico (nombre original, después cambiado a “calentamiento global” y desde hace ya hace algunos años re-bautizado como “cambio climático”) todo el planeta está sufriendo un calentamiento sin precedentes.
En su opinión, en el pasado hubo aberraciones en las que solamente una parte del mundo se calentó o se enfrió. Intentan de esa forma desacreditar al Período Cálido Medieval y a la Pequeña Edad de Hielo, presentándolos como meros fenómenos locales en contraposición a la situación global actual.
Incluso dejando de lado el hecho de que toda la histeria alarmista se ha fundado principalmente en una construcción estadística ya científicamente refutada (el así llamado “Palo de Hockey”), que utilizó solamente un único árbol del hemisferio norte para proclamar el calentamiento global, un estudio más detallado de las temperaturas recientes de nuestro planeta podría quizás ofrecer una nueva luz sobre el asunto, y eso es lo que intenta hacer un muy interesante artículo del blog The Inconvenient Skeptic.
John Kehr, el autor del artículo, utiliza para su trabajo los registros satelitales proporcionados por la Universidad de Alabama, los muy conocidos “datos UAH”, cuya validez es ampliamente aceptada por los científicos de todo el mundo, tanto sostenedores como escépticos de la mencionada hipótesis.
Según nos dice, las razones principales para su elección de esta fuente de datos son dos:
1) Tiene la mayor cantidad de datos discriminados por latitud específica.
2) Ofrece la mayor cobertura global, examinando el 99,9% de la superficie del planeta.
A esto, yo agregaría que los datos van desde 1979 hasta la fecha, por lo cual también se cubre un período de treinta años (treinta y dos, para ser exactos), lapso que según los climatólogos de hoy es el necesario para poder definir un clima dado.
Para este trabajo, Kehr decidió dividir al planeta en tres regiones según su latitud:
Boreal: 20º N a 85º N, 166,8 millones de km2, un 32,7% de la superficie terrestre.
Tropical: 20ºS a 20ºN, 174,5 millones de km2, un 34,2% de la superficie terrestre.
Austral: 20ºS a 85ºS, 166,8 millones de km2, un 32,7 de la superficie terrestre.
Mediante este sistema es posible dividir a la Tierra en tres regiones específicas que son casi idénticas en extensión. De esta forma se puede medir la temperatura de un 99,6% de la atmósfera inferior del planeta. La resolución satelital es de 4 km2, de modo que los 508,1 km2 de la superficie de la Tierra son examinados por el equivalente a un total de 127 millones de termómetros separados entre sí por una distancia de 2 km.
Región Tropical
Los trópicos conforman la región que muestra la menor variabilidad climática a lo largo de la historia. Incluso durante el último período glacial, los trópicos siguieron siendo una zona cálida donde los animales pudieron sobrevivir en las selvas lluviosas. Es también el lugar de la Tierra más influenciado por el ciclo de ENSO (siglas con las que se conoce al fenómeno natural de “El Niño Southern Oscilation”, o sea la Oscilación Austral de El Niño).
Anomalía de temperaturas UAH en la región 20ºS a 20ºN desde 01/1979 a 05/2011. © theinconvenientskeptic |
La tendencia para los trópicos es de 0,07 +/- 0,03 grados centígrados por década. Hay mucha variabilidad aquí, pero ninguna tendencia estadísticamente significativa en las temperaturas tropicales.
Esta región cubre el hemisferio sur desde los 20ºS hasta casi el polo sur, un área idéntica a la de la región boreal, y es apenas un poco más pequeña que la tropical.
Región Austral
Esta región cubre el hemisferio sur desde los 20ºS hasta casi el polo sur, un área idéntica a la de la región boreal, y es apenas un poco más pequeña que la tropical.
Anomalía de temperaturas UAH en la región 20ºS a 85ºS desde 01/1979 a 05/2011. © theinconvenientskeptic |
También aquí podemos establecer una tendencia estadísticamente no significativa que resulta ser casi idéntica a la de los trópicos: 0,07 +/- 0,02 grados centígrados por década. No podemos dejar de notar que en ambas regiones la tendencia es menor a la mitad de la global que generalmente proclaman los “calentólogos” y que oscila alrededor de los 0,22ºC por década.
Hasta ahora, observando a la Tierra en tercios, vemos que dos de los tres muestran resultados muy diferentes: para un 66,9% del planeta, el calentamiento ni se acerca al que declaran los sostenedores del calentamiento global antropogénico.
Esto nos deja con la región que está por encima de los 20ºN, el último tercio de nuestro planeta.
= = = = = = = = = = = = = = =
Artículo original: “Temperature Trend by Latitude”
Fecha: junio 20, 2011
Enlace con el artículo original: aquí
= = = = = = = = = = = = = = =
Hasta ahora, observando a la Tierra en tercios, vemos que dos de los tres muestran resultados muy diferentes: para un 66,9% del planeta, el calentamiento ni se acerca al que declaran los sostenedores del calentamiento global antropogénico.
Región Boreal
Esto nos deja con la región que está por encima de los 20ºN, el último tercio de nuestro planeta.
Anomalía de temperaturas UAH en la región 20ºN a 85ºN desde 01/1979 a 05/2011. © theinconvenientskeptic |
Ahora sí podemos ver una diferencia a lo largo de los últimos 30 años. En esta región del hemisferio norte la tendencia es de 0,27 +/- 0,03 grados centígrados por década.
El problema es que los datos no muestran una tendencia lineal. Desde 1998 esta tendencia no es diferente a las de las regiones austral y tropical. Lo que en realidad parece haber ocurrido es un salto en 1998, que muestra dos comportamientos diferentes, antes y después de ese año. Para los últimos doce años, la tendencia es de 0,06ºC por década, prácticamente igual a la que aparece en las otras dos regiones para todo el período de referencia.
El tan proclamado calentamiento global antropogénico parece haber sido el resultado de un evento único ocurrido en 1998 y que solamente sucedió en el hemisferio norte terrestre.
Los datos más modernos y confiables muestran que ese calentamiento es regional, y que ciertamente no está aumentando.
El de 1998 es también un año significativo de transición. El enormemente poderoso El Niño de entonces elevó la anomalía de la temperatura tropical en casi 1ºC durante cuatro meses. Es, por lejos, la mayor anomalía para las grandes regiones de la Tierra que nos muestran los datos satelitales, y se corresponde con el cambio de temperatura en la región boreal.
Si el calentamiento global antropogénico es real, y está sucediendo a escala planetaria, ¿por qué no lo detecta el registro satelital?
La cobertura espacial de los datos satelitales no tiene parangón, y mide mucho más de la atmósfera mundial que cualquier otro método. Ciertamente, detectan todos y cada uno de los eventos de El Niño y de La Niña. También detectaron la transición de la región norte a un nivel más alto de temperaturas.
Lo único que los satélites no detectan es el calentamiento global antropogénico.
El artículo de John Kehr analiza únicamente las temperaturas por regiones de los últimos tres decenios. Ciertamente no pregunta ¿por qué” y mucho menos se detiene en un posible “porque”, aunque la cuestión queda implícita a la espera de futuros investigadores.
Sin embargo, este trabajo me hizo recordar un estudio publicado el año pasado (“Are cold winters in Europe associated with low solar activity?”, M. Lockwood et al., 2010) que sugiere en forma convincente una relación entre los descensos en la actividad solar y los inviernos más fríos en Europa. El mismo propone una serie de mecanismos posibles para explicar el fenómeno, aunque el condicional utilizado evidencia la necesidad de nuevas investigaciones.
El clima es increíblemente más complejo de lo que pretenden hacernos creer políticos, organizaciones y medios periodísticos interesados, y es mucho lo que desconocemos al respecto. El hecho comprobado de que el Sol ha entrado desde ya hace varios años en una disminución de su actividad y que es probable que esa situación se prolongue o incluso se agudice en los próximos decenios, debería hacernos reflexionar sobre como prepararnos para enfrentar futuras contingencias climáticas cuyas causas originales estarán, como siempre, más allá de cualquier influencia humana posible.
El problema es que los datos no muestran una tendencia lineal. Desde 1998 esta tendencia no es diferente a las de las regiones austral y tropical. Lo que en realidad parece haber ocurrido es un salto en 1998, que muestra dos comportamientos diferentes, antes y después de ese año. Para los últimos doce años, la tendencia es de 0,06ºC por década, prácticamente igual a la que aparece en las otras dos regiones para todo el período de referencia.
CONCLUSIONES
El tan proclamado calentamiento global antropogénico parece haber sido el resultado de un evento único ocurrido en 1998 y que solamente sucedió en el hemisferio norte terrestre.
Los datos más modernos y confiables muestran que ese calentamiento es regional, y que ciertamente no está aumentando.
El de 1998 es también un año significativo de transición. El enormemente poderoso El Niño de entonces elevó la anomalía de la temperatura tropical en casi 1ºC durante cuatro meses. Es, por lejos, la mayor anomalía para las grandes regiones de la Tierra que nos muestran los datos satelitales, y se corresponde con el cambio de temperatura en la región boreal.
Si el calentamiento global antropogénico es real, y está sucediendo a escala planetaria, ¿por qué no lo detecta el registro satelital?
La cobertura espacial de los datos satelitales no tiene parangón, y mide mucho más de la atmósfera mundial que cualquier otro método. Ciertamente, detectan todos y cada uno de los eventos de El Niño y de La Niña. También detectaron la transición de la región norte a un nivel más alto de temperaturas.
Lo único que los satélites no detectan es el calentamiento global antropogénico.
NOTA:
El artículo de John Kehr analiza únicamente las temperaturas por regiones de los últimos tres decenios. Ciertamente no pregunta ¿por qué” y mucho menos se detiene en un posible “porque”, aunque la cuestión queda implícita a la espera de futuros investigadores.
Sin embargo, este trabajo me hizo recordar un estudio publicado el año pasado (“Are cold winters in Europe associated with low solar activity?”, M. Lockwood et al., 2010) que sugiere en forma convincente una relación entre los descensos en la actividad solar y los inviernos más fríos en Europa. El mismo propone una serie de mecanismos posibles para explicar el fenómeno, aunque el condicional utilizado evidencia la necesidad de nuevas investigaciones.
El clima es increíblemente más complejo de lo que pretenden hacernos creer políticos, organizaciones y medios periodísticos interesados, y es mucho lo que desconocemos al respecto. El hecho comprobado de que el Sol ha entrado desde ya hace varios años en una disminución de su actividad y que es probable que esa situación se prolongue o incluso se agudice en los próximos decenios, debería hacernos reflexionar sobre como prepararnos para enfrentar futuras contingencias climáticas cuyas causas originales estarán, como siempre, más allá de cualquier influencia humana posible.
# # # # # # # # # # # # # # #
Como dice Doug L. Hoffman:
“Cuídense, disfruten el interglacial y manténganse escépticos”.
“Cuídense, disfruten el interglacial y manténganse escépticos”.
= = = = = = = = = = = = = = =
Artículo original: “Temperature Trend by Latitude”
Fecha: junio 20, 2011
Enlace con el artículo original: aquí
= = = = = = = = = = = = = = =
8 comentarios:
¿ Sabes lo que es el Sistema Climático ? Una vez comprendido, podras opinar con conocimiento de causa sobre este problema tan importante.
Anónimo:
Es una pena que seas "anónimo", y que pretendas conocer lo que sé y lo que no sé.
En cambio sí sería útil que explicaras cuál es tu discrepancia con el artículo.
Quizás desde tu alto pedestal cueste descender un poco hasta el nivel de un simple aficionado a la ciencia como yo, pero si así lo hicieras tanto yo como mis lectores te estaríamos agradecidos por tu condescendencia.
Heber, opino lo mismo que tú. Hay que argumentar las discrepancias. Esa actitud de desprecio y suficiencia casi siempre oculta un enorme miedo a que las posturas dogmáticas que uno ha adquirido puedan tambalearse.
Que a gusto se siente uno cuando se cree poseedor de la verdad absoluta. Los miembros de la 'iglesia del cambio climático' utilizan el mismo método que han venido aplicando otras religiones desde hace mucho : meter el miedo en el cuerpo a la gente anunciando terribles catástrofes para el futuro y ofreciéndose ellos como los únicos salvadores, los que saben como remediar el desastre. Detras de todo eso siempre hay lo mismo : ansias de poder, de control y de dinero.
Marcos, me has leido la mente, (no literalmente), es penoso ver como en pleno siglo XXI hay personas que convierten una teoria en una religión, con sus dogmas de fe. ¿Que el ser humano es como un virus para el planeta? Eso no tiene discusión, pero eliminar al sol como factor del clima global y culpar de todos los males al ser humano y sin pruebas irrefutables es una demostración mas del homocentrismo de nuestra especie. Primero la tierra era el centro del universo, luego se demostró que girabamos en torno al sol, asi que el sistema solar es el centro del universo, para demostrarse que nos encontramos en una rama mas de la galaxia. Cuando se detecta el primer exoplaneta, muchos tambien lo negaron y criticaron ¿Como va a ser eso? Nuestro sol es unico. En resumidas cuentas, somo egocentricos por naturaleza a nivel colectivo.
Me parece muy bien heber tu respuesta... la verdad es que algunos solo se ponen a criticar pero esciondiendose tran un anonimo... Excelente articulo, excelente blog....
hola ¡¡
Saludos desde mèxico, Ud. que opina del fenómeno Ovni ? cree que vale la pena investigarlo ?
atte.
Jesus Ernesto Martinez Castro.
Jesús:
¿Qué hay que investigar?
No hay datos ni evidencias que puedan sostener una presunción científica.
Por ahora, el fenómeno OVNI es una creencia, nada más, o una fuente de supercherías.
Publicar un comentario