En Escorpio, la región RCW120 rinde sus secretos al poder sub-milimétrico del telescopio de Chajnantor. |
Ilustrando el poder de la astronomía sub-milimétrica, una imagen de APEX revela cómo una burbuja en expansión de gas ionizado de unos diez años-luz de ancho está haciendo que el material que la rodea colapse en densas acumulaciones que son los lugares de nacimiento de nuevas estrellas.
La luz sub-milimétrica es la clave para revelar un poco del material más frío del universo, tal como el que conforma estas densas y frías nubes.
ESO PR Photo 40/08 – Resplandecientes guarderías estelares Imagen compuesta en color de RCW120, que revela cómo una nube en expansión de gas ionizado hace que el material que la rodea colapse para formar nuevas estrellas. La emisión sub-milimétrica se muestra como las nubes azules que rodean el resplandor rojizo del gas ionizado. La imagen contiene también datos de la Prospección de Segunda Generación del Cielo Digitalizado (la banda I se muestra en azul y la banda R en rojo). © ESO/APEX/DSS2/SuperCosmos |
La región, llamada RCW120, se encuentra a unos 4 200 años-luz de la Tierra, en la dirección de la constelación de Escorpio. Una estrella caliente y masiva que se encuentra en su centro está emitiendo enormes cantidades de radiación ultravioleta, la que ioniza al gas que la rodea sustrayendo electrones de los átomos de hidrógeno y produciendo el característico resplandor rojizo de la así llamada “emisión H-alfa”.
A medida que esta región ionizada se expande en el espacio, la onda de choque asociada barre una capa del frío gas interestelar y del polvo cósmico que la rodea. Esta capa se vuelve inestable y colapsa bajo su propia gravedad produciendo acumulaciones densas y formando nubes densas y frías de hidrógeno, donde nacerán nuevas estrellas.
Sin embargo, como estas nubes todavía están muy frías, con temperaturas de alrededor de -250º Celsius, su tenue resplandor térmico puede ser visto únicamente en las longitudes de onda sub-milimétricas.Por lo tanto, la luz sub-milimétrica resulta vital para el estudio de las etapas iniciales del nacimiento y vida y de las estrellas.
Los datos de las longitudes de onda sub-milimétricas fueron adquiridos con la cámara LABOCA del telescopio de 12 metros Experimento Rastreador de Atacama (APEX = Atacama Pathfinder Experiment), localizado a 5 000 metros de altitud sobre la meseta de Chajnantor, en el desierto chileno de Atacama. Gracias a la alta sensibilidad de LABOCA, los astrónomos pudieron detectar acumulaciones de gas frío cuatro veces menos luminosos de lo que era posible anteriormente. Como la luminosidad de las acumulaciones es una medida de su masa, esto significa también que ahora los astrónomos pueden estudiar la formación de estrellas menos masivas de lo que podían hacerlo previamente.
La meseta de Chajnantor es también el lugar donde ESO, junto a otros socios internacionales, está construyendo el telescopio sub-milimétrico de nueva generación ALMA, el Gran Conjunto Milimétrico/sub-milimétrico de Atacama (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array). ALMA utilizará más de sesenta antenas de 12 metros, enlazadas unas con otras por distancias de más de 16 km, para formar un único y gigantesco telescopio.
APEX es una colaboracion entre el Instituto Max-Planck de Radioastronomía (MPIfR), el Observatorio Espacial de Onsala (OSO) y ESO. El telescopio se basa en una antena prototipo construida para el proyecto ALMA. Las operaciones de APEX en Chajnantor están confiadas a ESO.
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NOTAS Y COMENTARIOS
por Heber Rizzo
APEX: Mientras ALMA se encuentra actualmente en construcción, y gracias al Experimento Rastreador de Atacama, APEX, los científicos están realizando investigaciones milimétricas y sub-milimétricas en la misma meseta de Chajnantor, a 5 105 metros de altitud y a unos 50 kilómetros al este de San Pedro de Atacama, en el norte de Chile.
El experimento utiliza un telescopio de 12 metros de nueva tecnología, basado en una antena prototipo construida para el proyecto ALMA. Contiene una óptica modificada y una superficie mejorada de antena, con mayor precisión y diseñada para tomar ventaja de la excelente transparencia del cielo, trabajando en longitudes de onda de entre 0,2 y 1,4 mm.
Con este equipo, los astrónomos pueden estudiar las condiciones internas dentro de nubes moleculares, tales como la Nebulosa de Orión o los famosos “Pilares de la creación” en la nebulosa del Águila, constituidas por gas y polvo tibios y fríos y que constituyen regiones de formación estelar, tanto en la Vía Láctea como en galaxias más distantes.
Las líneas espectrales de alta frecuencia permiten además, entre otras cosas, la exploración de la esctructura y composición química de atmósferas planetarias, de estrellas moribundas y de las regiones interiores de las galaxias de estallido estelar.
Hasta ahora, los astrónomos han encontrado gas de monóxido de carbono y moléculas orgánicas complejas, así como moléculas ionizadas contenedoras de flúor, allí donde nunca antes habían sido detectadas, aumentando nuestros conocimientos sobre las guarderías estelares en las que nacen las nuevas estrellas.
El proyecto APEX continúa los pasos del Telescopio Sub-milimétrico Sueco/ESO (SEST), el cual operó en La Silla desde 1987 hasta 2003 en una colaboración entre ESO y el Observatorio Espacial de Onsala, y que trabajó en las longitudes de onda de 0,8 a 3 mm.
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Artículo original: ESO Press Release 40/08.
Título: “APEX reveals glowing stellar nurseries”
Fecha: Noviembre 11, 2008
Enlace con el artículo original: aquí
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