Estudios científicos revelan que, alguna vez, el planeta rojo albergó lagos, ríos, y otros medioambientes húmedos que tuvieron el potencial de sostener vida. |
Durante décadas los científicos han especulado sobre la existencia de agua en Marte. Las misiones recientes han revelado detalles sobre la topografía y la mineralogía del planeta, y han ofrecido claves sobre su remoto pasado. Al mismo tiempo, ha crecido la evidencia sobre la existencia pasada del precioso líquido en su superficie.
Entre estos nuevos análisis se encuentran dos recientes informes producidos por científicos de la Universidad de Brown.
Las investigaciones, basadas en datos proporcionados por la nave MRO (Mars Reconnaissance Orbiter = Orbitador de Reconocimiento de Marte) de la NASA, demuestran que vastas regiones de las tierras altas de Marte contienen minerales arcillosos que únicamente pueden formarse en la presencia de agua.
Terrenos ricos en agua Esta imagen tridimensional de una depresión en la región de Nili Fossae muestra filosilicatos (en tonos magenta y azul) concentrados en las laderas de las mesetas y a lo largo de las paredes de los cañones. La abundacia de estos minerales demuestra que el agua jugó un papel importante en la historia temprana del planeta. © NASA/JPL/JHUAPL/University of Arizona/Brown University |
Posteriormente, las lavas volcánicas cubrieron estas regiones durante períodos subsecuentes, más áridos, de la historia del planeta, pero en miles de lugares a lo largo y a lo ancho de Marte cráteres de impacto las han puesto al descubierto.
Como expresó Scott Murchie, investigador principal del instrumento CRISM (Compact Reconnaissance Imaging Spectrometer for Mars = Espectrómetro Compacto de Reconocimiento de Imagen para Marte) utilizado junto con otros instrumentos para la captura de las imágenes utilizadas, “la mayor sorpresa es cuán duradera y omnipresente era el agua marciana, y cuán diversos eran los medioambientes húmedos”.
Los materiales arcillosos detectados, llamados filosilicatos, guardan un registro de la interacción del agua con las rocas en una época conocida como “período noaquiano”, una era marciana que se extendió desde hace 4 600 hasta hace 3 800 millones de años y que corresponde a la edad más temprana de nuestro sistema solar, cuando ocurrió el llamado “bombardeo pesado”, una lluvia de cometas y asteroides que cayó sobre la Tierra, la Luna y Marte.
Las rocas de ese período fueron destruidas en nuestro planeta por la tectónica de placas, y si bien se preservan en la Luna, en nuestro satélite nunca fueron expuestas al agua líquida.
Según John Mustard, un miembro del equipo CRISM proveniente de la Universidad de Brown y autor principal del artículo de Nature que informa sobre el estudio, “los minerales presentes en la antigua corteza marciana muestran una gran variedad de medioambientes húmedos. En la mayoría de los lugares las rocas fueron alteradas ligeramente por agua líquida, pero en algunos pocos sitios han sido tan alteradas que deben haber sido afectadas por una gran cantidad de agua que fluyó entre las rocas y el suelo. Esto resulta emocionante, puesto que estamos descubriendo docenas de sitios donde podrán descender futuras misiones para comprobar si Marte fue alguna vez habitable y, en ese caso, para buscar signos de vida pasada”.
Cementerio orgánico Imagen del delta del cráter Jezero, donde alguna vez hubo un lago. Los antiguos ríos transportaron los minerales arcillosos (en verde) hasta el lago, junto con los organismos que pudieran contener. © NASA/JPL/JHUAPL/MSSS/Brown University |
Mustard se enfocó en los depósitos de filosilicatos localizados en cráteres, valles y dunas de todo el planeta. Entre los más destacados se encuentran deltas y zonas en abanico de tres regiones, especialmente en el cráter Jezero. También se descubrieron estos minerales en picos puntiagudos en el centro de algunas depresiones, lo que sugiere que el agua estaba presente hasta 4 o 5 kilómetros por debajo de la antigua superficie marciana, ya que generalmente se acepta que las colisiones que crean estos cráteres excavan minerales subterráneos que luego quedan expuestos en estos picos.
Estos minerales arcillosos se formaron a bajas temperaturas (100 a 200ºC), un dato importante para la comprensión sobre el potencial de habitabilidad en Marte durante el período noaquiano.
Otra investigación, publicado en junio en Nature Geosciences y cuya autora principal fue Bethany Ehlmann de la Universidad de Brown, encontró que las condiciones húmedas de Marte persistieron por largo tiempo. De miles a millones de años después de que se formaron estos minerales arcillosos, fueron erosionadas desde las tierras altas y concentradas en un delta, donde un río desembocó en un lago de cráter de unos 40 kilómetros de diámetro.
Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) Concepción artística del MRO utilizando su radar SHARAD para “mirar” por debajo de la superficie marciana. El SHARAD puede ubicar agua líquida o congelada que se encuentre hasta un kilómetro de profundidad. © NASA/JPL |
Ehlmann y sus colegas analizaron los depósitos de sedimentos en dos deltas del cráter Jezero. Estos deltas sugieren un flujo de ríos que arrastraron los minerales arcillosos de una cuenca de unos 15 000 kilómetros cuadrados durante el período noaquiano. Si bien no se ha podido determinar si este flujo fue esporádico o sostenido, sí se puede afirmar que fue intenso e involucró una gran cantidad de agua.
Estos deltas son candidatos excelentes para la búsqueda de materia orgánica, según dijo Ehlmann, porque las arcillas recogidas en la cuenca y depositadas en el lago deben haber atrapado cualquier organismo que hubiera en ella. En palabras de Ehlmann, “si existieron microorganismos en Marte, la cuenca debió ser un buen lugar para vivir”.
Al combinar los datos de CRISM y del Experimento Científico Fotográfico de Cámara de Contexto y Alta Resolución del orbitador, se pudieron identificar tres clases principales de minerales relacionados con agua y que provienen del período noaquiano temprano. Estos minerales son filosilicatos de aluminio, sílice hidratada u ópalo, y los más comunes y extendidos filosilicatos de hierro-magnesio. Tal variedad de minerales sugiere que fueron creados a través de procesos diferentes, o en diversos medioambientes acuosos.
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Fuentes utilizadas:
- NASA
- Universidad de Brown
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