domingo, abril 06, 2008

Un estallido digno de ser contemplado

Comunicado de Prensa ESO PR 08/08.

Observando a simple vista el universo distante.

El 19 de marzo, la naturaleza fue particularmente generosa y proporcionó a los astrónomos con un tesoro de cuatro estallidos de rayos gamma en el mismo día. Pero eso no fue todo: uno de ellos es el objeto más luminoso observado jamás en el universo. Pese a estar localizado en una galaxia distante, a miles de millones de años-luz de nosotros, fue tan luminoso que, durante un breve lapso, pudo ser visto a simple vista.

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El telescopio REM y la cámara TORTORA
© ESO

Los estallidos de rayos gamma (GRBs) son destellos cortos de rayos gamma de alta energía que duran desde menos de un segundo hasta varios minutos. En este brevísimo tiempo liberan una tremenda cantidad de energía, lo que los convierte en los acontecimientos más poderosos desde el Big Bang. Ahora se acepta ampliamente que la mayoría de los estallidos de rayos gamma indican la explosión de estrellas muy masivas altamente evolucionadas que colapsan para convertirse en agujeros negros.

Los GRBs, que son invisibles para nuestros ojos, son descubiertos por telescopios espaciales. Después de liberar su intenso destello de radiación de alta energía, se vuelven detectables por un corto lapso en el óptico y en el infrarrojo cercano. Este “post-resplandor” se difumina muy rápidamente, haciendo que un análisis detallado sea posible únicamente por unas pocas horas después de la detección de los rayos gamma. Este análisis resulta importante en particular para determinar la distancia del GRB y, por lo tanto, su luminosidad intrínseca.

El estallido de rayos gamma GRB 080319B fue detectado por el satélite NASA/STFC/ASI Swift. “Fue tan luminoso que casi encegueció a los instrumentos del Swift por un rato”, dice Guido Chincarini, investigador principal italiano para la misión. Una contraparte óptica fue prontamente identificada en la constelación Boötes (el Boyero). Un conjunto de telescopios con base en tierra reaccionó rápidamente para estudiar este nuevo objeto celeste. En particular, la emisión óptica fue detectada por unas pocas cámaras de gran angular en telescopios que monitorean constantemente una gran porción del cielo, incluyendo a la cámara TORTORA en simbiosis con el telescopio REM de 0,6 mt localizado en La Silla, capaz de registrar el evento con una resolución temporal sin precedentes.

“Estas detecciones muy tempranas (apenas segundos después del comienzo del estallido) demostraron que el objeto era tan luminoso que pudo haber sido visible a simple vista”, dice Stefano Covino, del equipo REM. “Fue asombroso ver cuán rápidamente variaba la fuente durante las observaciones”, agrega Sergey Karpov, del equipo TORTORA.

Los astrónomos utilizan la así llamada escala de magnitud, una escala inversa donde los objetos más tenues tienen magnitudes mayores. En los lugares oscuros, los ojos humanos más agudos pueden distinguir fuentes tan débiles como las de magnitud 6. GRB 080319B fue ligeramente más luminoso que este límite, aunque por justo algo menos de un minuto.

El Telescopio Muy Grande de ESO de 8,2 mt también reaccionó rápidamente ante el estallido de rayos gamma, gracias a un procedimiento conocido como modo de respuesta rápida (véase ESO PR 17/07), que permite observaciones automáticas sin intervención humana. El espectrógrafo UVES de alta resolución pudo recoger datos extraordinarios a partir de apenas 10 minutos de iniciado el estallido, siguiendo solicitudes de Fabrizio Fiore y su equipo. Otro equipo utilizó también más tarde a UVES para determinar la distancia del estallido.

“A pesar de su asombrosa luminosidad, el estallido ocurrió en una galaxia que se encuentra a 7 500 millones de años-luz de nosotros”, dice Paul Vreeswijk, quien encabezó el segundo equipo. “Por lo tanto, fue no solo aparentemente luminoso, sino que también lo fue intrínsecamente. De hecho, alcanzó la mayor luminosidad óptica jamás registrada en un objeto astronómico. En comparación, si el estallido hubiera ocurrido en nuestra galaxia, habría iluminado el cielo nocturno durante varios minutos como si fuera de día”.

La curva de luz TORTORA del evento está disponible en este enlace.

El equipo que determinó el corrimiento al rojo a partir de las observaciones UVES está integrado por Paul Vreeswijk, Alain Smette, Daniele Malesani, Johan Fynbo, Bo Milvang-Jensen, Páll Jakobsson, Andreas Jaunsen, Cédric Ledoux, Sara Ellison, Michael Andersen, Jens Hjorth, Andreas Kaufer, Palle Møller, Christina Thöne, y Ralph Wijers.

El primer equipo que solicitó los datos UVES para este evento está conformado por Fabrizio Fiore, Valerio D'Elia y Silvia Piranomonte.

Los integrantes del equipo REM son G. Chincarini, E. Molinari, F.M. Zerbi, L.A. Antonelli, S. Covino, P. Conconi, L. Nicastro, E. Palazzi, M. Stefanon, V. Testa, G. Tosti, F. Vitali, A. Monfardini, F. D'Alessio, P. D'Avanzo, D. Fugazza, G. Malaspina, S.D. Vergani, S. Campana, P. Goldoni, D. Guetta, N. Masetti, E.J.A. Meurs, L. Norci, E. Pian, A. Fernandez-Soto, L. Stella, G. Tagliaferri, G. Ihle, L. Gonzalez, A. Pizarro, P. Sinclair, y J. Valenzuela.

El equipo TORTORA está compuesto por G. Beskin, S. Karpov, S. Bondar, A Guarnieri (investigador principal italiado de TORTORA), C. Bartolini, G. Greco, A. Piccioni, D. Nanni, y F. Terra.



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Artículo original: ESO Press Release 08/08
Título: “A Burst to See”
Fecha: Abril 02, 2008
Enlace con el artículo original:
aquí
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