domingo, junio 29, 2008

A cien años del impacto de Tunguska

”El cielo se abrió en dos, y todo el norte se cubrió de fuego…”

Aproximadamente a las 7:17 de la mañana del 30 de junio de 1908, un hombre está sentado en el porche del puesto comercial de Vanavara, en Siberia. En unos instantes, a 60 Km. de un inmenso estallido de origen desconocido, será arrojado de su silla y el calor será tan intenso que creerá que su camisa se ha prendido. Este hombre del puesto comercial, y otros de una región casi deshabitada de Siberia cercana al río Podkamennaya Tunguska, serán testigos accidentales de la historia cosmológica.

“Si se desea comenzar una conversación en el negocio de los asteroides, lo único que se debe hacer es pronunciar la palabra ‘Tunguska’”, dijo Don Yeomans, gerente de la Oficina de Objetos Cercanos a la Tierra del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA. “Es la única entrada que tenemos en la era moderna de un gran meteoroide con descripciones de primera mano”.

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Región del Tunguska, en Siberia.

© NASA/JPL

Si bien el impacto ocurrió en 1908, la primera expedición científica al área tuvo que esperar 19 años. En 1921 Leonid Kulik, conservador de la colección de meteoritos del museo de San Petersburgo dirigió una expedición al Tunguska, pero las durísimas condiciones de la taigá siberiana frustraron el intento de su equipo de alcanzar el área del estallido. En 1927, una nueva expedición también dirigida por Kulik logró llegar a la meta.

“Al principio, las gentes del lugar fueron reacias a hablar del asunto con Kulik”, comentó Yeomans. “Creían que la explosión se debía a una visita del dios local Ogdy, que había maldecido a la región aplastando árboles y matando animales”.

Si bien inicialmente puede haber sido difícil conseguir testimonios, por los alrededores había muchísima evidencia. Dos mil kilómetros cuadrados de bosque habían sido partidos al medio. Ochenta millones de árboles estaban caídos de costado, yaciendo en un patrón radial.

“Esos árboles sirvieron de marcadores, apuntando directamente hacia fuera desde el epicentro del estallido”, dijo Yeomans. “Más tarde, cuando el equipo llegó al terreno cero, descubrieron que los árboles se mantenían de pie.. pero las ramas y la corteza habían sido arrancados. Parecían un bosque de postes telefónicos”.

Un desramado de este tipo requiere ondas de choque rápidas que desgajen las ramas del árbol antes de que las mismas puedan transferir el momentum del impacto al tronco del árbol. Treinta años después del estallido del Tunguska, también se podía encontrar árboles sin ramas en el sitio de otra explosión masiva… en Hiroshima, Japón.

Las expediciones de Kulik (viajó al Tunguska en tres ocasiones diferentes) consiguieron finalmente que algunos de los pobladores del lugar hablaran. Uno fue el hombre del puesto comercial de Vanavara que había sido testigo del golpe de calor y que había sido arrojado a varios metros de su silla. He aquí su relato:

“De pronto, en el cielo norte… el cielo se abrió en dos, y muy por sobre encima del bosque toda la parte septentrional del cielo apareció como cubierta de fuego… en ese momento hubo un estruendo y un fuerte estallido… El estallido fue seguido por un ruido como de rocas que caían del cielo, o de cañones haciendo fuego. La tierra tembló”.

La tremenda explosión produjo un fuerte golpe. La onda de choque sísmica resultante fue registrada por barómetros sensibles en lugares tan lejanos como Inglaterra. A grandes altitudes se formaron densas nubes sobre la región, que reflejaron la luz solar que llegaba desde más allá del horizonte. El cielo nocturno resplandeció, y llegaron noticias que gente que vivía en zonas tan remotas como Asia pudo leer los periódicos fuera de su casa hasta la medianoche. Localmente, cientos de renos, el sustento de los pastores del lugar, resultaron muertos, pero no hubo ninguna evidencia directa de que alguna persona hubiera perecido como resultado del estallido.

“Un siglo más tarde, todavía se debate sobre la causa y algunos proponen diferentes escenarios que pudieron haber causado la explosión”, dijo Yeomans. “Pero la teoría más aceptada es que en la mañana del 30 de junio de 1908 una gran roca, de unos 40 metros de diámetro, entró en la atmósfera de Siberia y detonó en el cielo”.

Se estima que el asteroide entró en la atmósfera terrestre viajando a una velocidad de unos 53 000 kilómetros por hora. Durante su rápida zambullida, la roca de 100 millones de kilogramos calentó el aire que la rodeaba hasta una temperatura de unos 24 700 grados centígrados. A las 7:17 a.m. (hora local de Siberia) y a una altitud de unos 8 400 metros, la combinación de presión y calor hizo que el asteroide se fragmentara y resultara aniquilado, produciendo una bola de fuego y liberando una energía equivalente a unas 185 bombas de Hiroshima.

“Esa es la razón por la cual no hay un cráter de impacto”, dijo Yeomans. “La mayor parte del asteroide se consumió en la explosión”.

Yeomans y sus colegas de la Oficina de Objetos Cercanos a la Tierra del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA tienen la tarea de calcular las órbitas de los cometas y asteroides actuales que cruzan el camino de la Tierra y que pudieran ser peligros potenciales para nuestro planeta.

Yeomans estima que, en promedio, un asteroide del tamaño del que cayó en Tunguska entrará en la atmósfera de la Tierra una vez cada 300 años. En este centésimo aniversario del suceso de Tunguska, ¿podríamos pensar que todavía estaremos libres de meteoros en nuestro cielo por otros 200 años?

“No necesariamente”, dijo Yeomans. “El lapso de 300 años entre sucesos tipo Tunguska es un promedio basado en nuestros mejores conocimientos científicos. Pienso todo el tiempo sobre Tunguska desde un punto de vista científico, pero la noción de otro Tunguska no es algo que me quite el sueño”.

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El impacto del Tunguska

© The Daily Galaxy


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Artículo original: “100 Years of Space Rock: The Tunguska Impact”
Fecha: Junio 27, 2008
Enlace con el artículo original:
aquí
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domingo, junio 22, 2008

Somos meteoritos

El meteorito Murchison contiene moléculas importantes para la aparición de vida sobre la Tierra.

Los científicos han confirmado, por primera vez, que un componente importante del material genético primitivo encontrado en fragmentos meteoríticos es de origen extraterrestre.

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El meteorito Murchison cayó a Tierra en Australia, en 1969.

© NASA

El hallazgo sugiere que parte de la materia prima de las primeras moléculas de ADN y ARN pueden haber llegado desde las estrellas. Los científicos, de Europa y EE.UU., dicen que su estudio, publicado en la revista Earth and Planetary Science Letters, proporciona evidencia de que los materiales básicos para la vida provienen de fuentes más allá de la Tierra.

Entre los materiales que encontraron están incluidas las moléculas uracilo y xantina, que son precursoras de las moléculas que componen el ADN y el ARN, y que son conocidas como núcleobases.

El equipo descubrió las moléculas en fragmentos rocosos del meteorito Murchison, que se estrelló contra la Tierra en Australia, en 1969.

Los científicos examinaron el material meteorítico para determinar si las moléculas provenían del sistema solar o si eran el resultado de una contaminación producida cuando el meteorito llegó al suelo.
El análisis muestra que las núcleobases contienen una forma pesada de carbono que únicamente pudo haberse formado en el espacio. Los materiales que se forman en la Tierra consisten en una variedad más liviana de carbono.

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La estructura en doble hélice del ADN. Las núcleobases conforman los peldaños de la escalera, mientras que las uniones azúcar-fosfato (la columna vertebral del ADN) conforman los laterales.

© Darryl Leja/Access Exclellence

La autora principal Dra. Zita Martins, del Departamento de Ciencias e Ingeniería de la Tierra del Colegio Imperial de Londres, dice que la investigación puede proporcionar otra pieza de evidencia para la explicación de la evolución de la vida primitiva. En sus palabras:

“Creemos que la vida primitiva pudo haber adoptado núcleobases de fragmentos meteoríticos para utilizarlas en la codificación genética que les permitieron transmitirlas en sus características exitosas a las generaciones siguientes”.

Hace entre 3 800 a 4 500 millones de años, grandes números de rocas similares al meteorito Murchison llovieron sobre la Tierra, en la época en que se estaba formando la vida primitiva. El bombardeo pesado habría arrojado enormes cantidades de material meteorítico en la superficie de planetas tales como la Tierra y Marte.

El co-autor profesor Mark Sephton, también del Departamento de Ciencias e Ingeniería de la Tierra del Colegio Imperial, cree que este estudio representa un paso importante para comprender cómo pudo haber evolucionado la vida primitiva. Y agregó:

“Como los meteoritos representan materiales de desecho de la formación del sistema solar, los componentes clave para la vida (incluyendo a las núcleobases) podrían encontrarse diseminadas por todo el cosmos. A medida que más y más de los materiales básicos de la vida son descubiertos en objetos provenientes del espacio, la posibilidad de que la vida surja en todos lados donde esté presenta la actividad química correcta, va en aumento”.

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Artículo original: “We Are Metorites”
Fecha: Junio 20, 2008
Enlace con el artículo original:
aquí
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martes, junio 17, 2008

Un trío de súper Tierras

Comunicado de Prensa ESO PR 19/08.

HARPS descubre un tesoro de planetas de poca masa.

Hoy, en una conferencia internacional, un equipo de astrónomos europeos anunció un avance notable en el campo de los planetas extrasolares. Utilizando el instrumento HARPS (ver nota al pie) del observatorio de ESO en La Silla, descubrieron un sistema triple de súper Tierras alrededor de la estrella HD 40307. Más aún: escudriñando toda la muestra estudiada con HARPS, los astrónomos ya cuentan un total de 45 candidatos a planetas con masa inferior a 30 masas-tierra y con un período orbital menor a 50 días. Esto implica que una estrella tipo Sol de cada tres alberga planetas de ese tipo.

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ESO PR Photo 19a/ 08– Un trío de súper Tierras

Representación artística del trío de súper Tierras descubiertas por HARPS. Los planetas, que tienen 4,2, 6,7 y 9,4 veces la masa de la Tierra, orbitan alrededor de la estrella HD 40307 con períodos de 4,3, 9,6 y 20,4 días respectivamente.

© ESO

“Acaso cada estrella solitaria alberga planetas? Y en ese caso, ¿cuántos?”, se pregunta el cazador de planetas Michel Mayor del Observatorio de Ginebra. “Todavía no conocemos la respuesta, pero estamos haciendo enormes progresos en ese sentido”.

Desde el descubrimiento en 1995 de un planeta alrededor de la estrella 51 Pegasi por Mayor y Didier Queloz, han sido encontrados más de 270 exoplanetas, la mayoría de ellos alrededor de estrellas como nuestro Sol. En su mayoría, estos planetas son gigantes, tales como Júpiter o Saturno, y las estadísticas actuales muestran que aproximadamente una de cada catorce estrellas alberga planetas de este tipo.

“Con la llegada de instrumentos mucho más precisos como el espectrógrafo HARPS adosado al telescopio de 3,6 metros de La Silla, ahora podemos descubrir planetas más pequeños, con masas de entre 2 a 10 veces la masa de la Tierra”, dice Stéphane Udry, uno de los colegas de Mayor. Estos planetas son conocidos como súper Tierras, ya que son más masivos que la Tierra pero menos masivos que Urano o Neptuno (unas 15 masas-tierra).

Ahora, el grupo de astrónomos ha descubierto un sistema de tres súper Tierras alrededor de una estrella bastante normal, ligeramente menos masiva que nuestro Sol, y que se encuentra ubicada a 42 años-luz de distancia en la dirección de las constelaciones australes de Doradus (El Pez Espada) y Pictor (El Pintor).

“A lo largo de los últimos cinco años hemos llevado a cabo mediciones precisas de la velocidad de la estrella HD 40307, las que revelan la presencia de tres planetas”, dice Mayor.

Los planetas, que tienen 4,2, 6,7 y 9,4 veces la masa de la Tierra, orbitan la estrella con períodos de 4,3, 9,6 y 20,4 días, respectivamente.

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ESO PR Photo 19b/ 08– Variaciones de velocidad radial

Las mediciones HARPS de la velocidad radial de HD 40307 están mezcladas con los períodos orbitales de los tres planetas descubiertos. En cada caso, la contribución de los otros dos planetas ha sido restada. La línea sólida es la que mejor se ajusta con las mediciones, correspondiendo a masas mínimas de 4,2, 6,7 y 9,4 masas terrestres. Nótese que la extensión total del eje vertical es de apenas 10 m/s. Las barras de error indican la precisión de las mediciones.

© ESO

“Las perturbaciones inducidas por los planetas son realmente pequeñas (las masas de los planetas más pequeños son cien mil veces menores que la de la estrella) y únicamente la alta sensibilidad de HARPS hizo posible su detección”, dice el co-autor Francois Bouchy, del Instituto de Astrofísica de París, Francia.

De hecho, cada planeta induce un movimiento de la estrella de apenas unos pocos metros por segundo.

En la misma conferencia, el equipo de astrónomos anunció el descubrimiento de otros dos sistemas planetarios, también con la ayuda del espectrógrafo HARPS. En uno de ellos, una súper Tierra (7,5 masas-tierra) orbita la estrella HD 181433 en 9,5 días. Esta estrella alberga también un planeta tipo Júpiter con un período cercano a los 3 años. El segundo sistema contiene un planeta de 22 masas-tierra con un período de 4 días y un planeta parecido a Saturno con un período de 3 años.

“Claramente, estos planetas son únicamente la punta del iceberg”, dice Mayor. “El análisis de todas las estrellas estudiadas con HARPS muestra que aproximadamente un tercio de todas las estrellas tipo Sol albergan súper Tierras o planetas tipo Neptuno con períodos orbitales menores a 50 días”.

Un planeta con una órbita ajustada y de corto período es, de hecho, más fácil de encontrar que uno con una órbita amplia y de período largo.

“Es muy probable que haya muchos otros planetas presentes; no únicamente súper Tierras y planetas tipo Neptuno con períodos más largos, sino también planetas como la Tierra que no podemos detectar todavía. Agréguese eso a los planetas tipo Júpiter que ya conocemos, y bien podemos llegar a la conclusión de que hay planetas en todas partes”, finaliza Udry.

Más información

Estos descubrimientos fueron anunciados hoy en la conferencia internacional ”Súper Tierras extra-solares” que tiene lugar en Nantes, Francia, del 16 al 18 de junio.

Dos artículos con estos hallazgos fueron también remitidos a la revista de investigación Astronomy and Astrophysics.

El equipo está compuesto por Michel Mayor, Stéphane Udry, Didier Queloz, Christophe Lovis, y Francesco Pepe (Observatorio de Ginebra, Universidad de Ginebra, Suiza), François Bouchy (Institut d'Astrophysique de París, Francia), Willy Benz y Christophe Mordasini (Physikalisches Institut, Universidad de Berna, Suiza), y Jean-Loup Bertaux (Service d'aéronomie du CNRS, Université de Versailles Saint-Quentin, Francia).

NOTAS Y COMENTARIOS

Por Heber Rizzo



EL ESPECTRÓGRAFO HARPS

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El espectrógrafo HARPS
© ESO

El espectrógrafo HARPS (High Accuracy Radial Velocity Planet Searcher = Buscador de Planetas de Velocidad Radial de Alta Precisión) es un instrumento optimizado para detectar planetas alrededor de otras estrellas por medio de mediciones precisas, de hasta un metro por segundo, de velocidad radial.

Una sensibilidad tan alta permite detectar variaciones muy pequeñas en el movimiento de una estrella que sean causadas por el tirón gravitacional de uno o más planetas que orbiten a su alrededor, incluso los más pequeños.

El método de velocidad radial es muy eficiente para la búsqueda de exoplanetas, pero hasta la puesta en servicio de HARPS en febrero de 2003, las limitaciones técnicas habían permitido únicamente la detección de exoplanetas que no tuvieran una masa solamente algo inferior a la de Saturno.

Este instrumento único es de tipo “echelle” (escalera) de fibra, y puede registrar la extensión visible de un espectro estelar (longitudes de onda entre 380-690 nm) con un poder muy alto de resolución espectral (mejor que R = 100 000).

Las pérdidas lumínicas interiores por reflejo de la luz estelar en los varios componentes ópticos (espejos y red de difracción) ha sido minimizada para lograr mayor eficiencia.

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Telescopio de 3,6 mts. de ESO en La Silla, desierto de Atacama, Chile.

© ESO


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Artículo original: ESO Press Release 19/08.
Título: “A Trio of Super-Earths”
Fecha: Junio 16, 2008
Enlace con el artículo original:
aquí
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domingo, junio 15, 2008

El Hombrecillo y el Caldero Cósmico

Comunicado de Prensa ESO PR 17/08.

El Telescopio Muy Grande de ESO nos ofrece las imágenes de dos nebulosas en Carina.

En ocasión del décimo aniversario de la Primera Luz del VLT (Telescopio Muy Grande), ESO, el Observatorio Austral Europeo, está publicando dos asombrosas imágenes de diferentes tipos de nebulosas, localizadas en la dirección de la constelación de Carina (La Quilla). La primera, Eta Carinae, tiene la forma de un “hombrecillo” y rodea una estrella condenada a estallar dentro de los próximos 100 000 años. La segunda imagen muestra una nebulosa mucho más grande, cuyo infierno interior es creado por un racimo de estrellas jóvenes y masivas.

El Homúnculo

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ESO PR Photo 17a/08 – El Homúnculo

Nueva imagen de Eta Carinae obtenida con el instrumento de óptica adaptativa del infrarrojo cercano NACO, que muestra una estructura bipolar y chorros que surgen de la estrella central.

© NACO-VLT

Más luminosa que un millón de soles como el nuestro, Eta Carinae es la estrella más brillante que se conoce en la galaxia. Es también el ejemplo más cercano de una variable azul luminosa, la última fase en la vida de una estrella muy masiva antes de que estalle como una feroz supernova.

Este objeto está rodeado por una nube bipolar de polvo y gas en expansión conocida como el Homúnculo (del latín homunculus = “hombrecillo”), que según piensan los astrónomos fue expelida por la estrella durante un gran estallido observado en 1843 [1].

Eta Carinae fue uno de los primeros objetos en ser fotografiados durante la Primera Luz del VLT de ESO, hace 10 años (ver, en inglés, First Astronomical Images from the VLT UT1). En esa época, la imagen obtenida con una cámara de prueba ya demostró las capacidades únicas del telescopio europeo insignia para la astronomía óptica e infrarroja con base en tierra, así también como su ubicación única en Paranal. La imagen tenía una resolución de 0,38 arcosegundos.

Esta nueva imagen reciente capturada revela aún más, con una resolución mayor en un factor de 6 o 7. Fue obtenida con el instrumento NACO del infrarrojo cercano adosado a Yepun, la Unidad Telescopio 4 del VLT. NACO es un instrumento de óptica adaptativa, lo que significa que puede corregir el efecto de borrosidad de la atmósfera. Y viendo esta fotografía, el poder de la óptica adaptativa queda muy claro. Su calidad es tal y como si todo el telescopio de 8,2 metros hubiera sido lanzado al espacio [2].

Cuando se lo observa a través del ocular de un telescopio pequeño, el Homúnculo puede de hecho parecer un hombrecillo, pero la asombrosa imagen de NACO muestra claramente una estructura bipolar. También se resuelve muy bien la estructura fina de los chorros que provienen de la estrella central.

El año pasado, el Interferómetro del Telescopio Muy Grande estudió también con gran detalle a Eta Carinae, y proporcionó una información invalorable sobre el viento estelar de este objeto (ESO 06/07: “El cielo visto a través de tres ojos gigantes”).

NGC 3576

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ESO PR Photo 17b/08 – NGC 3576

Localizada a 9 000 años-luz de distancia, NGC 3576 es una región gigantesca de gas luminoso de unos 100 años-luz de ancho, donde actualmente se están formando estrellas. El área negra en la zona central derecha de la imagen se ve oscura por la presencia de nubes opacas muy densas de gas y polvo.

© ISAAC-VLT

La segunda imagen fue obtenida con la cámara infrarroja ISAAC adosada a Antu, la Unidad Telescopio 1.

Ubicada a 9 000 años luz de distancia, es decir más lejos que Eta Carinae, NGC 3576 se encuentra también en la dirección de la constelación austral de Carina. Tiene unos 100 años-luz de ancho, o sea 25 veces la distancia entre el Sol y su estrella vecina más cercana.

Esta intrigante nebulosa es una región gigantesca de gas luminoso, cuyas estrellas están formándose en la actualidad. La intensa radiación y los vientos provenientes de las estrellas masivas desgarran las nubes a partir de las cuales se forman, creando un escenario dramático. Se estima que la nebulosa tiene uno un millón y medio de años de edad, un parpadeo en las escalas cósmicas de tiempo.

Astrónomos de la Universidad de Colonia, Alemania [3], han estudiado esta región con el Telescopio Muy Grande de ESO y con el instrumento ISAAC para determinar la proporción de estrellas que aún poseen un disco protoplanetario a partir del cual se forman planetas. Observando regiones jóvenes de diferentes edades, los astrónomos esperan estimar el período vital de los discos protoplanetarios y por lo tanto comprender mejor cómo se forman los planetas. En particular, los científicos están interesados en estudiar el efecto de la radiación fuerte de las estrellas, así como de los encuentros estelares en estas densas regiones, sobre la supervivencia de los discos.

NOTAS

[1] De hecho, como la distancia hasta Eta Carinae es de unos 7 500 años-luz, el estallido debe haber tenido lugar hace unos 7 700 años.

[2] Dado el gran tamaño de cada Unidad Telescopio del VLT, la resolución que se puede alcanzar cuando se utiliza la óptica adaptativa (el “límite de difracción”) es tan buena en las longitudes de onda más largas del infrarrojo cercano, donde NACO realiza sus observaciones, como la que el Telescopio Espacial Hubble puede alcanzar en el espectro visible. De hecho, la resolución se acerca a los 0,05 arcosegundos, diez veces mejor que la que típicamente se puede obtener sin la óptica adaptativa en una locación excelente. Una resolución de 0,05 arcosegundos resulta similar a poder leer un libro a diez kilómetros de distancia.

[3] Los astrónomos son C. Olczak, R. Schödel, S. Pfalzner, and A. Eckart.

VLT

VLT de ESO en Paranal, Chile.

© ESO


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Artículo original: ESO Press Release 17/08.
Título: “The Little Man and the Cosmic Cauldron”
Fecha: Mayo 27, 2008
Enlace con el artículo original:
aquí
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La máquina científica perfecta

Comunicado de Prensa ESO PR 16/08.

ESO celebra 10 años desde la Primera Luz del Telescopio Muy Grande.

Hoy se celebra el décimo aniversario de la Primera Luz del VLT (Very Large Telescope = Telescopio Muy Grande) de ESO (European Southern Observatory = Observatorio Austral Europeo), el telescopio óptico más avanzado del mundo. Desde entonces, el VLT ha evolucionado hasta llegar a ser un conjunto único de cuatro Unidades Telescopio (UT) de 8,2 metros equipadas con no menos instrumentos de última generación, y cuatro Telescopios Auxiliares (AT) móviles de 1,8 metros. Los telescopios pueden trabajar individualmente, y también pueden estar enlazados en grupos de dos o tres par formar un “interferómetro” (VLTI) gigantesco, permitiendo a los astrónomos observar detalles que se comparan a los de un telescopio mucho más grande.

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ESO PR Photo 16a/08 – La máquina perfecta

Poster del 10º aniversario de la primera luz del VLT de ESO.

© ESO

“El Telescopio Muy Grande es una instalación insignia para la astronomía, una máquina científica perfecta de la cual Europa puede sentirse muy orgullosa”, dice Tim de Zeeuw, Director General de ESO. “Hemos construido el observatorio óptico con base en el suelo más avanzado del mundo, gracias a la combinación de un instrumento adecuadamente financiado a largo plazo y un plan de desarrollo tecnológico con un enfoque en el cual la mayoría de los instrumentos fueron construidos en colaboración con instituciones de los estados miembros, con compensaciones de trabajo en especie compensadas con tiempo observacional garantido”.

Situado a 2 600 metros de altitud sobre la cima de la montaña de Paranal en el desierto chileno de Atacama, el diseño del VLT, su conjunto de instrumentos y sus principios operacionales marcaron el estándar para la astronomía con base en el suelo. Proporciona a la comunidad científica un conjunto de telescopios con un poder de recolección de luz significativamente mayor que cualquier otra instalación disponible hasta el presente, ofreciendo capacidades de fotografía y de espectroscopía en las longitudes de onda infrarrojas y visibles.

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Un universo de descubrimientos
© ESO

Las primeras imágenes científicamente útiles, que marcaron la Primera Luz oficial del VLT, fueron obtenidas en la noche del 25 al 26 de mayor de 1998, con una cámara de prueba adosada a “Antu”, la Unidad Telescopio número 1. Fueron presentadas oficialmente a la prensa el 27 de mayo, hace exactamente 10 años. Desde entonces, todas las cuatro Unidades Telescopio y los cuatro Telescopios Auxiliares realizan sus operaciones rutinarias y el número de instrumentos continúa creciendo, para completar todas las posiciones posibles en los telescopios donde se pueden adosar instrumentos.

En 2007, se publicaron en revistas científicas unos 500 artículos revisados utilizando datos recogidos con los instrumentos VLT y VLTI. Desde el comienzo de las operaciones científicas, en abril de 1999, el VLT ha llevado a publicación más de 2 200 artículos referidos, un promedio de aproximadamente un artículo publicado por cada día de trabajo.

“La combinación de alta eficiencia operativa, de tiempo de trabajo y confiabilidad del sistema para las observaciones científicas da como resultado una muy alta productividad científica ”,
dice Andreas Kaufer, director del Observatorio La Silla – Paranal.

El VLT y el VLTI han contribuido con todas las áreas de la astronomía, incluyendo la naturaleza de la materia y de la energía oscuras, la física extrema de los estallidos de rayos gamma y de las supernovas, la formación, estructura y evolución de las galaxias, las propiedades de los exoplanetas, los objetos del sistema solar, los cúmulos y las poblaciones estelares, los medios interestelar y galáctico, y los agujeros negros súper masivos de los núcleos galácticos, en particular el que se encuentra en el centro galáctico, y la formación de estrellas y planetas.

El asombroso éxito científico del VLT ha atraído nuevos estados miembros a ESO. En la década pasado se unió Portugal (en 2001, después de un status asociado de diez años), seguido por el Reino Unido (2002), Finlandia (2004), España (2006) y la República Checa (2007). Austria también anunció su intención de unirse más adelante, en este mismo año.

Otra medida del éxito es el número de propuestas de observación que se realizan cada año para el uso del VLT, que supera ahora la marca de 1 900. En promedio, la cantidad de tiempo requerida para el uso del VLT es seis veces superior a la disponible.

El VLT continuará aumentando su poder durante la próxima década. El primero de los instrumentos VLT de segunda generación, X-Shooter, entrará en funcionamiento este año, y lo seguirán KMOS, SPHERE y MUSE, junto a múltiples estrellas guía, un espejo secundario adaptativo en Yepun (UT4), y uno o más instrumentos de tercera generación, incluyendo un espectrógrafo ultra estable de alta resolución en el foco combinado. El VLTI también será equipado con instrumentos de segunda generación.

Claramente, la historia del VLT recién ha comenzado.

Más información

El VLT fue diseñado desde el comienzo como un sistema integrado de cuatro telescopios de 8,2 metros, incluyendo la posibilidad de combinar la luz de telescopios individuales para interferometría óptica, posibilitando una resolución espacial estupenda. La primera luz de Antu ocurrió en mayo de 1998, siguiéndolo poco después Kueyen, Melipal y Yepun.

La mayoría de los instrumentos del VLT y del VLTI fueron construidos en una colaboración estrecha con institutos de estados miembros. El conjunto de instrumentos de primera generación se completó en 2007 con la entrada en servicio de CRIRES.

El arsenal de Paranal incluye sistemas de óptica adaptativa total y un modo de respuesta rápida para reaccionar ante acontecimientos transitorios rápidos. Recientemente, la cámara de infrarrojo cercano HAWK-1 fue agregada como un instrumento de “generación 1.5”.

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Telescopio de 3,6 mts. de ESO en La Silla, desierto de Atacama, Chile.

© ESO


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Artículo original: ESO Press Release 16/08.
Título: “The Perfect Science Machine”
Fecha: Mayo 27, 2008
Enlace con el artículo original:
aquí
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jueves, junio 05, 2008

El monstruo tiene un enorme cinturón

Comunicado de Prensa ESO PR 15/08.

Los astrónomos identifican un toroide alrededor de una estrella perteneciente a otra galaxia.

¡Que hablen de dietas! Al resolver, por primera vez, los rasgos de una estrella individual perteneciente a una galaxia vecina, el VLT (Very Large Telescope = Telescopio Muy Grande) de ESO (European Southern Observatory = Observatorio Austral Europeo) ha permitido a los astrónomos determinar que su masa es casi la mitad de lo que se creía previamente, solucionando así el misterio de su existencia. La monstruosa estrella se encuentra rodeada por un masivo y grueso toroide de gas y polvo, y muy probablemente esté experimentando una pérdida inestable y violenta de masa.

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ESO PR Photo 15/08 – El toroide alrededor de WOH G64

La posición de WOH G64 en la GNM se muestra en la imagen de Spitzer (izquierda). A la derecha, vemos una representación artística del grueso toroide que rodea a la estrella.

© ESO

WOH G64 es una estrella súper gigante roja casi 2 000 veces más grande que nuestro Sol y se encuentra localizada a 163 000 años-luz de distancia en la Gran Nube de Magallanes, una de las galaxias satélite de la Vía Láctea.

“Estimaciones previas daban para WOH G64 una masa inicial de 40 masas solares. Pero esto representaba un verdadero problema, ya que era demasiado fría en comparación con lo que los modelos teóricos predecían para una estrella tan masiva. Su existencia no podía ser explicada”, dice Keiichi Ohnaka, quien lideró el trabajo sobre este objeto.

Nuevas observaciones, llevadas a cabo con el Interferómetro del VLT, concluyeron que el gas y el polvo alrededor de la estrella está organizado en un grueso anillo, más que en una cáscara esférica, y que por lo tanto la estrella está menos escondida de lo que se pensaba. Esto implica que el objeto es, de hecho, la mitad de luminoso que lo anteriormente presumido y, por lo tanto, menos masivo. Los astrónomos infieren que la estrella comenzó su vida con unas 25 masas solares. Para un objeto de ese tipo, la temperatura observada se acerca más a lo que se podía esperar.

“Aún así, las características de la estrella indican que debe estar experimentando una fase muy inestable acompañada de una gran pérdida de masa”, dice el co-autor Markus Wittkowski de ESO. “Estimamos que el cinturón de gas y polvo que la rodea contiene entre 3 y 9 masas solares, lo que significa que la estrella ya ha perdido entre un décimo y un tercio de su masa inicial”.

Para llegar a esta conclusión, el equipo de astrónomos utilizó el instrumento MIDI para combinar la luz recogida por tres pares de las Unidades Telescopio de 8,2 metros del VLT. Esta es la primera vez que MIDI ha sido utilizado para estudiar una estrella individual fuera de nuestra galaxia.

Las observaciones permitieron que los astrónomos resolvieran a la estrella. Las comparaciones con modelos los llevaron a concluir que la estrella está rodeada por un gigantesco y grueso toroide, que se extiende desde unos 15 radios estelares (unas 120 veces la distancia entre la Tierra y el Sol, ¡120 UA!) hasta más de 250 radios estelares (o sea, ¡30 000 UA!).

“En este sistema, todo es enorme. La estrella misma es tan grande que podría llenar casi todo el espacio entre el Sol y la órbita de Saturno”, dice Ohnaka. “Y el toroide que la rodea tiene quizás un año-luz de ancho. Sin embargo, como está tan lejos, únicamente el poder del interferómetro junto al VLT nos pudo dar un vislumbre de este objeto”.

NOTAS

El nombre WOH G64 se refiere al hecho de que es la 64ª entrada en el catálogo de Westerlund, Olander y Hedin, publicado en 181, y basado en observaciones realizadas en el Observatorio de ESO de La Silla.

El equipo está compuesto por K. Ohnaka, T. Driebe, K.-H. Hofmann, G. Weigelt (Instituto Max-Planck de Radioastronomía, Bonn, Alemania), y M. Wittkowski (ESO).

VLT

VLT de ESO en Paranal, Chile.

© ESO


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Artículo original: ESO Press Release 15/08.
Título: “The Behemoth Has a Thick Belt”
Fecha: Mayo 27, 2008
Enlace con el artículo original:
aquí
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miércoles, junio 04, 2008

Un nuevo rostro para la Vía Láctea

Nuestra galaxia ha perdido dos de sus brazos espirales.

Durante décadas, los astrónomos han estado ciegos con respecto a cómo se ve realmente nuestra galaxia, la Vía Láctea. Después de todo, estamos en el medio de ella y no podemos salir a dar un paseo para obtener una vista a vuelo de pájaro.

Ahora, nuevas imágenes obtenidas por el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA están arrojando nueva luz sobre la verdadera estructura de la Vía Láctea, revelando que posee únicamente dos grandes brazos, en lugar de los cuatro que previamente se suponían.

Spitzer´s_Milky_Way

La nueva Vía Láctea

Como exploradores que cartografían los continentes de nuestro globo, los astrónomos están muy ocupados en mapear la estructura espiral de nuestra galaxia, la Vía Láctea.

© NASA/JPL-Caltech

“Spitzer nos ha proporcionado un punto de partida para re-pensar la estructura de la galaxia”, dijo Robert Benjamin, de la Universidad de Wisconsin, Whitewater, quien presentó los nuevos resultados el 02 de junio de 2008 en una conferencia de prensa del 212o. encuentro de la Sociedad Astronómica Americana en Saint Louis, Missouri. “Continuaremos revisando nuestra imagen, de la misma manera en que los primeros exploradores que navegaban alrededor del globo debían revisar continuamente sus mapas”.

Desde la década de 1950 los astrónomos han estado produciendo mapas de la Vía Láctea. Los modelos primitivos estaban basados en las observaciones del gas de la galaxia, y sugerían una estructura espiral con cuatro grandes brazos productores de estrellas, denominados Norma, Scutum-Centaurus, Saggitarius y Perseus (es decir, La Escuadra, El Escudo-Centauro, Sagitario y Perseo, por los nombres en castellano de las constelaciones en que se encontraban). Además de los brazos, hay bandas de gas y polvo en la región central de la galaxia. Nuestro Sol se encuentra cerca de un brazo pequeño y parcial denominado Brazo de Orión, o Espuela de Orión, localizado entre los brazos de Sagitario y Perseo.

“Durante años, la gente creó mapas de toda la galaxia basados en estudios realizados sobre apenas una parte de ella, o utilizando un único método”, dijo Benjamin. “Desafortunadamente, cuando se comparaban los modelos de varios grupos, no siempre concordaban. Era algo así como estudiar un elefante con los ojos vendados”.

Grandes prospecciones infrarrojas del cielo llevadas a cabo en la década de 1990 llevaron a algunas revisiones importantes de estos modelos, incluyendo el descubrimiento de una enorme barra de estrellas en el medio de la Vía Láctea. La luz infrarroja puede penetrar a través del polvo, de modo que los telescopios diseñados para captar esta luz ofrecen mejores vistas de nuestro polvoriento y apiñado centro galáctico. En 2005, Benjamin y sus colegas utilizaron los detectores infrarrojos de Spitzer para obtener una detallada información sobre nuestra barra galáctica, y descubrieron que se extendía más lejos desde el centro de la galaxia de lo que se pensaba anteriormente.

Ahora, el equipo de científicos tiene nuevas imágenes infrarrojas obtenidas con Spitzer de una extensa porción de la Vía Láctea, que se extiende por 130 grados a lo largo del cielo y un grado por encima y por debajo del plano medio de la galaxia. Este enorme mosaico combina 800 000 instantáneas e incluye más de 110 millones de estrellas.

Benjamin desarrolló programas computacionales que cuentan las estrellas, midiendo así la densidad estelar. Cuando él y sus compañeros contaron las estrellas en la dirección del brazo Escudo-Centauro, notaron un aumento en sus números, como podría esperarse para un brazo espiral. Pero cuando miraron en la dirección donde esperaban encontrar a los brazos de Sagitario y Escuadra, no hubo ningún salto en la cantidad de estrellas. El cuarto brazo, Perseo, se enrosca alrededor de la porción externa de la galaxia, y no puede ser visto en las nuevas imágenes de Spitzer.

Estos hallazgos sugieren que la Vía Láctea posee dos brazos espirales principales, una estructura común en el caso de las galaxias barradas. Estos brazos principales, Escudo-Centauro y Perseo, contienen las mayores densidades tanto de estrellas jóvenes y luminosas como de las más viejas conocidas como gigantes rojas. Los dos brazos menores, Sagitario y Escuadra, están llenos de gas y de bolsillos de estrellas jóvenes. Benjamin comentó que los dos brazos mayores parecen conectarse muy bien con los extremos de la barra galáctica central.

Spitzer

El telescopio espacial Spitzer en órbita heliocéntrica.

© NASA/JPL-Caltech

“Ahora, podemos hacer encajar los brazos con la barra, como las piezas de un rompecabezas”, dijo Benjamin, “y podemos así mapear la estructura, la posición y el ancho de esos brazos por primera vez”. Observaciones infrarrojas previas descubrieron indicios de una Vía Láctea con dos brazos, pero estos resultados no eran claros porque la posición y ancho de los brazos eran desconocidos.

Aunque los brazos galácticos parecer ser rasgos intactos, en realidad las estrellas se están moviendo constantemente hacia dentro y hacia fuera de ellos mientras orbitan alrededor del centro de la Vía Láctea, como los viajeros de Londres en un agitado círculo de tránsito. Nuestro Sol pudo alguna vez haberse encontrado en un brazo diferente. Desde que se formó, hace más de cuatro mil millones de años, ha viajado dieciséis veces alrededor de la galaxia.

Entre los co-investigadores de este estudio se encuentran Ed Churchwell, Marilyn Meade y Brian Babler de la Universidad de Wisconsin, Madison; Barbara Whitney del Space Science Institute, Madison, Wis.; Rémy Indebetouw de la Universidad deVirginia, Charlottesville; y Christer Watson del Manchester College, Ind.

El Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) en Pasadena, California, gerencia la misión Spitzer para el Directorio de Misiones Científicas de la NASA, en Washington. Las operaciones científicas se llevan a cabo en el Centro Científico Spitzer del Instituto de Tecnología de California (Caltech), también en Pasadena.


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Artículo original: “Two of the Milky Way’s Spiral Arms go Missing”
Fecha: Junio 02, 2008
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