martes, enero 06, 2009

Tres sorpresas para la Vía Láctea

Más veloz, más pesada, y…

¡Ajusten sus cinturones! Los astrónomos han realizado mediciones de alta precisión en nuestra galaxia, y dicen que está rotando unos 160 000 kilómetros por hora más rápido de lo que pensábamos.

Ese aumento en la velocidad, dijo Mark Reid del Centro Harvard-Smithsoniano de Astrofísica, implica que la masa de la Vía Láctea es un 50% mayor, lo que la equipara a la galaxia de Andrómeda. “Ya no diremos más que nuestra galaxia es la hermana menor de la de Andrómeda en la familia de nuestro Grupo Local”.

Vía_Láctea

Representación artística de la Vía Láctea que muestra la estructura de cuatro brazos espirales confirmada por las mediciones del VLBA (mostradas por los puntos azules y verdes). Los puntos rojos indican el centro galáctico y la ubicación de nuestro sistema solar.

© Robert Hurt, IPAC; Mark Reid, CfA, NRAO/AUI/NSF

A su vez, la mayor masa implica un tirón gravitatorio más fuerte que aumenta la probabilidad de colisiones con la galaxia de Andrómeda o con galaxias cercanas más pequeñas.

Nuestro sistema solar se encuentra a unos 28 000 años-luz del centro de la Vía Láctea. A esta distancia, según indican las nuevas observaciones, nos estamos moviendo a unos 960 000 kilómetros por hora en nuestra órbita galáctica, lo que supera la estimación previa de 800 000 kilómetros por hora.

Los científicos utilizaron el radiotelescopio denominado como Conjunto de Línea de Base Muy Larga (VLBA = Very Long Baseline Array) de la Fundación Nacional de Ciencias para reconstruir el mapa de la Vía Láctea.

Tomando ventaja de la capacidad inigualable del VLBA para obtener imágenes extremadamente detalladas, el equipo está llevando a cabo un programa a largo plazo para medir distancias y movimientos en nuestra galaxia. Los investigadores informaron sobre sus resultados en el encuentro de la Sociedad Astronómica Americana en Long Beach, California.

Los científicos observaron regiones de prolífica formación estelar a lo largo de la galaxia. En áreas que se encuentran dentro de esas regiones, las moléculas de gas están aumentando la radioemisión de origen natural, de la misma forma en que los láseres aumentan los haces de luz.

Estas áreas, llamadas máseres cósmicos, sirven como marcadores luminosos para la aguda visión del VLBA. Al observar repetidamente a estas regiones en momentos en que la Tierra se encuentra en puntos opuestos de su órbita alrededor del Sol, los astrónomos pueden medir el ligero desplazamiento aparente de la posición de un objeto contra el fondo de objetos más distantes.

“Las nuevas observaciones de la Vía Láctea realizadas con el VLBA están generando mediciones directas altamente precisas de distancias y movimientos”, dijo Karl Menten del Instituto Max Planck de Radioastronomía en Alemania, uno de los miembros del equipo. “A diferencia de otros estudios, estas mediciones utilizan el método tradicional de prospección de triangulación y no dependen de ninguna presunción basada en otras propiedades, tales como la luminosidad”.

Los astrónomos descubrieron que sus mediciones directas de distancia diferían de otras mediciones indirectas anteriores, a veces hasta por un factor de dos. Las regiones de formación estelar que albergan los máseres cósmicos “definen los brazos espirales de la galaxia”, explicó Reid. Por lo tanto, la medición directa de las distancias hasta esas regiones proporciona un metro para el mapeo de la estructura espiral de la galaxia.

“Estas mediciones directas están haciendo revisar nuestras ideas sobre la estructura y movimientos de nuestra galaxia”, dijo Menten. “Como estamos dentro de ella, es difícil determinar la estructura de la Vía Láctea. En el caso de otras galaxias, podemos mirarlas directamente y ver su estructura, pero no podemos hacer lo mismo para obtener una imagen general de la Vía Láctea. Debemos deducir su estructura midiendo y cartografiando”, agregó.

El VLBA puede fijar las posiciones en el cielo con tanta precisión que el movimiento real de los objetos puede ser detectado a medida que orbitan alrededor del centro galáctico. Agregando a eso mediciones de movimiento a lo largo de la línea visual, determinados por desplazamientos en la frecuencia de la emisión de radio de los máseres, los astrónomos pueden determinar todos los movimientos en tres dimensiones de las regiones de formación estelar. Utilizando esta información, Reid comunicó que “las regiones de formación estelar no siguen un camino circular cuando orbitan la galaxia; en cambio, descubrimos que se mueven más lentamente que otras regiones y en órbitas elípticas, no circulares”.

Los investigadores atribuyen esto a lo que denominan ondas de choque espirales de densidad, que pueden tomar gas en una órbita circular, comprimirlo para formar estrellas, y hacer que tomen nuevas órbitas elípticas. Esto, según explicaron, ayuda a reforzar la estructura espiral.

Reid y sus colegas se encontraron también con otras sorpresas. Midiendo las distancias de múltiples regiones en un único brazo espiral les permitió calcular el ángulo del brazo. “Estas mediciones”, dijo Reid, “indican que probablemente nuestra galaxia tenga cuatro, y no dos, brazos espirales de gas y polvo que están formando estrellas”.

Estudios recientes del Telescopio Espacial Spitzer de la NASA sugieren que las estrellas más antiguas residen principalmente en dos brazos espirales, haciendo surgir la pregunta de por qué las estrellas más antiguas no aparecen en todos los brazos. Responder esta cuestión, dijeron los astrónomos, requerirá más mediciones y un conocimiento mejor de cómo trabaja la galaxia.

El VLBA, un sistema de 10 antenas de radiotelescopio que se extiende desde Hawai hasta Nueva Inglaterra y el Caribe, proporciona una capacidad para observar los detalles más finos, algo llamado poder de resolución, mejor que cualquiera otra herramienta astronómica en el mundo. El VLBA puede producir rutinariamente imágenes que son cientos de veces más detallas que las producidas por el Telescopio Espacial Hubble. El tremendo poder de resolución del VLBA, que equivale a poder leer un periódico en Los Ángeles mirando desde Nueva York, es lo que permite a los astrónomos obtener determinaciones precisas de distancia.

Este artículo fue realizado conjuntamente con el Observatorio Nacional de Radioastronomía. El Observatorio Nacional de Radioastronomía es una instalación de la Fundación Nacional de Ciencias, operando bajo un acuerdo cooperativo con Universidades Asociadas, S.A.

Con sus cuarteles generales en Cambridge, Massachusetts, el Centro Harvard-Smithsoniano de Astrofísica (CfA = Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics) es una colaboración conjunta entre el Observatorio Astrofísico Smithsoniano y el Observatorio del Colegio de Harvard. Los científicos del CfA, organizados en seis divisiones de investigación, estudian el origen, evolución y destino último del universo.

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VLBA

Distribución de las 10 antenas del VLBA (Very Large Baseline Array) en los EE.UU.

© NRAO / AUI



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Artículo original: “Milky Way a Swifter Spinner, More Massive, New Measurements Show”
Fecha: Enero 05, 2009
Enlace con el artículo original:
aquí
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Heber. Muy bueno el blog.
Soy Alberto de Buenos Aires y tengo un par de dudas que no sé a quién preguntarle y se me ocurrió que a lo mejor vos me las podés despejar.
Cuando hablamos de las galaxias mas lejanas decimos que en realidad las vemos como fueron hace un tiempo, debido a la distancia y la velocidad de la luz. Pero ¿se sabe a ciencia cierta dónde y cómo están ahora mismo? y otra duda es: si yo veo desde la tierra una constelacion "x", sabemos que en realidad las estrellas que la forman no están alineadas sino que es una ilusión optica de estrellas que pueden estar a diferentes distancias pero que desde la Tierra se ven formando una figura. Ahora bien, si una de las estrellas está -por ejemplo- a 600 años luz de distancia y la otra a 100, ¿eso quiere decir que la configuración que vemos nosotros nunca existió, ni hace 600 años, ni hace 100 ni ahora?

Heber Rizzo dijo...

La primera parte de la pregunta no es muy sencilla, porque se relaciona un poco con el problema de la simultaneidad, pero creo que tú te refieres a un "ahora mismo" con referencia a lo que vería un observador sobre la Tierra, "si la velocidad de la luz fuera infinita" y pudiera observar a esas estrellas con esa "luz superlumínica".

En ese caso, nadie tiene ni la menor idea de donde puedan estar "ahora", ya que deberíamos conocer no solamente sus posiciones exactas, sino sus velocidades y todos los efectos gravitatorios que pudieran haber sobre ellas.

En cuanto a la segunda parte, también relacionada con la simultaneidad, la constelación existe para los observadores actuales sobre la superficie de la Tierra. En cuanto a la configuración que tenían hace 100 años, o hace 600, depende de los movimientos de las tres partes involucradas (el Sol, la estrella a 100 años luz y la estrella a 600 años luz).

Por supuesto, si los movimientos de las tres son paralelos y a la misma velocidad, entonces la que está a 600 años habrá tenido un desplazamiento angular menor que la que está a 100 años luz (sobre el fondo de objetos lejanos), de modo que la configuración será distinta.

Pero los movimientos de los tres objetos seguramente no son paralelos ni a la misma velocidad, por lo que se requerirían unos cálculos bastante complejos para comprender "como se veían desde la Tierra hace X años".

De todos modos, es un hecho que el cielo que veían los griegos clásicos no es el mismo que vemos nosotros, aunque algunos rasgos serán más diferentes que otros.

Hay programas computacionales que muestran esos cambios (al menos, según el nivel de conocimientos que tenemos en un momento dado sobre los objetos involucrados).