La historia de España es un ejemplo del carácter cíclico natural del clima de nuestro mundo.
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Comentaba tiempo atrás que las temperaturas globales no han aumentado al menos desde 1997 (”La importancia del parón del calentamiento global”), y más recientemente hablé sobre los cambios climáticos y sus ciclos (”La naturaleza cíclica del clima”). Hoy veremos como esos cambios cíclicos naturales han afectado la historia de la Península Ibérica y comprobaremos que demuestran vívidamente el impacto que han ejercido sobre la sociedad humana, a la vez que nos enseñan que no deberíamos temer a un calentamiento sino al enfriamiento de las temperaturas.
Las temperaturas globales a lo largo de los últimos cinco mil años.
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© IceCap(Carter 2007/Heber Rizzo
Los primeros pueblos y ciudades de Iberia surgieron durante el prolongado calentamiento de la Edad de Bronce, que comenzó alrededor del año 3300 a.C. y que llegó a su máximo (las temperaturas eran de 2 a 3ºC más altas que las actuales) en el llamado Período Cálido Minoico, hacia el 1500 a.C. Esta época recibe su nombre por el descubrimiento de una nueva aleación metálica que mezclaba el estaño con el cobre para producir mejores hachas, espadas, y varios instrumentos de labranza y de artesanía que tenían filos más agudos y resistentes al desgaste.
Espadas, escudos y puntas de lanza de la edad de bronce.
© www.bronze-age-swords.com
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En esta período los mares calmos permitieron también que se trajera a la península el estaño que provenía de Cornualles, Inglaterra, y del norte de Turquía. Es de hacer notar que, contrariamente a lo que muchos sostienen habitualmente, los períodos cálidos muestran también menos fenómenos meteorológicos extremos tales como huracanes o tifones. Eso es lo que nos demuestran las estadísticas de la realidad desde 1850 hasta la fecha, en donde estas tormentas han disminuido en número y en intensidad a medida de que las temperaturas aumentaban naturalmente a razón de 0,6~0,7ºC por siglo (ver varios enlaces al respecto aquí).
Esos primeros pueblos grandes y ciudades portuarias fueron creados por y para los artesanos metalúrgicos y comerciantes que transportaban el estaño. Inevitablemente, las forjadurías de bronce se convirtieron en blanco de los salteadores, de modo que los centros urbanos debieron fortificarse.
Hacia el 1200 a.C. el período cálido de la Edad del Bronce llegó a su fin y comenzó un período frío de mil años, en la Edad de Hierro. Con él llegaron veranos cortos y nubosos, sequías prolongadas, inundaciones y pérdidas de cosechas. Los pueblos fueron abandonados y los mares se volvieron demasiado borrascosos para los mercaderes del estaño. Los supervivientes ibéricos debieron refugiarse en granjas dispersas, la mayoría de ellas en los pocos lugares donde todavía quedaban fuentes confiables de agua.
Esos primeros pueblos grandes y ciudades portuarias fueron creados por y para los artesanos metalúrgicos y comerciantes que transportaban el estaño. Inevitablemente, las forjadurías de bronce se convirtieron en blanco de los salteadores, de modo que los centros urbanos debieron fortificarse.
Hacia el 1200 a.C. el período cálido de la Edad del Bronce llegó a su fin y comenzó un período frío de mil años, en la Edad de Hierro. Con él llegaron veranos cortos y nubosos, sequías prolongadas, inundaciones y pérdidas de cosechas. Los pueblos fueron abandonados y los mares se volvieron demasiado borrascosos para los mercaderes del estaño. Los supervivientes ibéricos debieron refugiarse en granjas dispersas, la mayoría de ellas en los pocos lugares donde todavía quedaban fuentes confiables de agua.
Mapa del antiguo imperio romano.
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© juan-parafrasis.blogspot.com
Hacia el año 200 a.C. el clima cambió nuevamente y entró en otro prolongado calentamiento, el Período Cálido Romano (cuyas temperaturas eran tambíen de 2 a 3ºC más altas que ahora). Los romanos poseían la energía y la tecnología para crear el primer gran imperio de la humanidad. Reunieron un área que hoy comprende a más de treinta países en un único bloque comercial que se extendía desde Bretaña y Germania en el norte y el oeste hasta el sur en Marruecos y Egipto, y que hacia el este llegaba a Hungría, Constantinopla y Turquía.
Durante los siguientes 800 años Iberia fue ampliamente conocida como una provincia romana cuyas exportaciones de granos ayudaban a alimentar al imperio, gracias a los sistemas de irrigación por gravedad desarrollados por los romanos. Hacia el 600 d.C. llegó a su fin el largo calentamiento romano, y comenzó el horrible frío de las Edades Obscuras.
La Peste Negra
© deconceptos.com
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Prolongadas sequías afectaron a Iberia y al norte de África. La población de Roma cayó de más de un millón de personas a apenas veinte mil en apenas un siglo. La peste bubónica fue tan dañina como las hambrunas, matando a millones de integrantes de la población del antiguo Imperio Romano.
Fue entonces cuando el Islam brotó de las arenas del desierto y se extendió rápidamente a lo largo y ancho de las debilitadas culturas mediterráneas. Iberia fue invadida en el año 711 d.C. por un príncipe árabe, cuyas tropas ocuparon toda la península y llegaron incluso al sur de Francia. Los moros reinaron sobre la mayor parte de Iberia durante los siguientes mil años.
Iberia sufrió menos que el resto de Europa durante el caos climático de las Edades Obscuras. Por un lado, Roma ya no se llevaba la mayor parte de sus granos para alimentar al imperio. Por otro lado, los musulmanes trajeron también una nueva técnica de irrigación, la noria, que permitía elevar el agua en lugar de tener que utilizar siempre el sistema de corriente hacia abajo.
Fue entonces cuando el Islam brotó de las arenas del desierto y se extendió rápidamente a lo largo y ancho de las debilitadas culturas mediterráneas. Iberia fue invadida en el año 711 d.C. por un príncipe árabe, cuyas tropas ocuparon toda la península y llegaron incluso al sur de Francia. Los moros reinaron sobre la mayor parte de Iberia durante los siguientes mil años.
Iberia sufrió menos que el resto de Europa durante el caos climático de las Edades Obscuras. Por un lado, Roma ya no se llevaba la mayor parte de sus granos para alimentar al imperio. Por otro lado, los musulmanes trajeron también una nueva técnica de irrigación, la noria, que permitía elevar el agua en lugar de tener que utilizar siempre el sistema de corriente hacia abajo.
Regadío morisco
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Este nuevo sistema de regadío unido a los nuevos cultivos traidos por los moros (arroz, naranjas, higos y caña de azúcar) produjeron una abundancia relativa. Sin embargo y aún con todo eso, la región no prosperó realmente hasta que el clima estable del Período Cálido Medieval triplicó la producción de alimentos y la riqueza de Europa.
A lo largo de esos años hubo por toda Iberia conflictos constantes, que no fueron primordialmente religiosos en su motivación. Durante buena parte del período los cristianos, musulmanes y judíos lucharon unos con otros, apoyándose en frágiles alianzas.
Cuando las Edades Obscuras llegaron a su fin, hacia el año 950 d.C., comenzó a haber alimentos para todos y la cultura mora de Córdoba y Sevilla produjo un re-surgimiento de la cultura, un rescate de los conocimientos antiguos y la fabulosa arquitectura morisca.
Pero también ese período cálido llegó a su fin, y hacia el 1300 d.C. comenzó la Pequeña Edad de Hielo, y con ella el capítulo más negro de la historia de Iberia.
Lamentablemente, tarde o temprano los fríos volverán. Es más, dado que cada uno de los períodos cálidos que se sucedieron a lo largo de los últimos once mil años fue más cálido que el posterior, es posible por lo tanto que el máximo actual haya ocurrido ya hacia fines del siglo XX y que haya comenzado desde entonces un nuevo declive de las temperaturas.
Esta breve historia climática de Iberia no es única en el mundo, aunque haya servido como buen ejemplo en este artículo. En realidad y tal como podemos comprobar al estudiar la historia de otros países y los sucesos de pasados imperios, todos los períodos cálidos fueron de bonanza, de bienestar y de lapsos prolongados de paz relativa, mientras que todos los períodos fríos fueron también épocas de pobreza, de hambrunas, de revoluciones, de migraciones y de guerras.
Ojalá que la naturaleza sea benévola con nosotros, que este Período Cálido Moderno no haya llegado todavía a su fin y que podamos disfrutar todavía de decenios o siglos de temperaturas benignas que permitar desarrollar aún más el bienestar y la paz en todo el planeta. En definitiva, será ella la que decidirá el futuro del clima y de sus ciclos, tal y como lo ha hecho incontables veces a lo largo de los 4500 millones de años de la historia de nuestro planeta.
Fuentes utilizadas:
- Dreading the inevitable global cooling
- New paper shows extreme weather was less common over past 30 years compared to past 2 centuries
A lo largo de esos años hubo por toda Iberia conflictos constantes, que no fueron primordialmente religiosos en su motivación. Durante buena parte del período los cristianos, musulmanes y judíos lucharon unos con otros, apoyándose en frágiles alianzas.
Cuando las Edades Obscuras llegaron a su fin, hacia el año 950 d.C., comenzó a haber alimentos para todos y la cultura mora de Córdoba y Sevilla produjo un re-surgimiento de la cultura, un rescate de los conocimientos antiguos y la fabulosa arquitectura morisca.
Pero también ese período cálido llegó a su fin, y hacia el 1300 d.C. comenzó la Pequeña Edad de Hielo, y con ella el capítulo más negro de la historia de Iberia.
Inquisición
© nepohualtzintzin.blogspot.com
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Las cosechas comenzaron a fallar una y otra vez, el pueblo quemaba a “brujas” que supuestamente habían maldecido a sus granjas, y la inquisición española comenzó a perseguir a los “herejes”, muchos de ellos judíos y musulmanes que se habían convertido públicamente al cristianismo. La peste bubónica se extendió y llegó a ser conocida como la Muerte Negra.
Finalmente, después de haber echado a los judíos junto con sus comercios, bancos, médicos y literatos a fines del siglo XV, los ejércitos cristianos conquistaron Córdoba y expulsaron a los últimos moros y a los restos de su cultura en 1614, y España comenzó su largo y lento declive.
Afortunadamente para todos, la Pequeña Edad de Hielo llegó a su fin hacia 1850, y las temperaturas comenzaron nuevamente a elevarse en este Período Cálido Moderno. En realidad deberíamos estar muy contentos de vivir en una época con temperaturas relativamente benignas, aunque seguramente a nadie debería molestar que subieran dos o tres grados hasta llegar a los niveles que alcanzaron en los períodos cálidos anteriores.
Finalmente, después de haber echado a los judíos junto con sus comercios, bancos, médicos y literatos a fines del siglo XV, los ejércitos cristianos conquistaron Córdoba y expulsaron a los últimos moros y a los restos de su cultura en 1614, y España comenzó su largo y lento declive.
Afortunadamente para todos, la Pequeña Edad de Hielo llegó a su fin hacia 1850, y las temperaturas comenzaron nuevamente a elevarse en este Período Cálido Moderno. En realidad deberíamos estar muy contentos de vivir en una época con temperaturas relativamente benignas, aunque seguramente a nadie debería molestar que subieran dos o tres grados hasta llegar a los niveles que alcanzaron en los períodos cálidos anteriores.
Napoleón fracasa en su invasión a Rusia, en pleno apogeo de la Pequeña Edad de Hielo.
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© historiaaudima.com
Lamentablemente, tarde o temprano los fríos volverán. Es más, dado que cada uno de los períodos cálidos que se sucedieron a lo largo de los últimos once mil años fue más cálido que el posterior, es posible por lo tanto que el máximo actual haya ocurrido ya hacia fines del siglo XX y que haya comenzado desde entonces un nuevo declive de las temperaturas.
Esta breve historia climática de Iberia no es única en el mundo, aunque haya servido como buen ejemplo en este artículo. En realidad y tal como podemos comprobar al estudiar la historia de otros países y los sucesos de pasados imperios, todos los períodos cálidos fueron de bonanza, de bienestar y de lapsos prolongados de paz relativa, mientras que todos los períodos fríos fueron también épocas de pobreza, de hambrunas, de revoluciones, de migraciones y de guerras.
Ojalá que la naturaleza sea benévola con nosotros, que este Período Cálido Moderno no haya llegado todavía a su fin y que podamos disfrutar todavía de decenios o siglos de temperaturas benignas que permitar desarrollar aún más el bienestar y la paz en todo el planeta. En definitiva, será ella la que decidirá el futuro del clima y de sus ciclos, tal y como lo ha hecho incontables veces a lo largo de los 4500 millones de años de la historia de nuestro planeta.
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Como dice Doug L. Hoffman:
“Cuídense, disfruten el interglacial y manténganse escépticos”.
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Fuentes utilizadas:
- Dreading the inevitable global cooling
- New paper shows extreme weather was less common over past 30 years compared to past 2 centuries
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