La historia nos revela que el cambio climático es natural y sin influencias importantes del CO2
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Dos científicos alemanes, H. Luedecke and C.O. Weiss, han publicado un informe que evidencia la naturaleza periódica del clima, y que por lo tanto éste no se ve influenciado en forma principal por los niveles atmosféricos de CO2 (dióxido de carbono o anhídrido carbónico), el que si tiene alguna importancia es muy pequeña.
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Fig.1: Reconstrucción de las temperaturas utilizando los 6 componentes Fourier (rojo); las temperaturas europeas obtenidas con mediciones instrumentales (azul). Resulta claro que un ciclo de 200+ años y otro de ~65 años son los únicos que juegan un papel significativo.
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Esto es lo que nos dicen ambos científicos:
“Recientemente informamos sobre nuestro análisis espectral de las temperaturas europeas [1] que demuestra que durante los últimos siglos todos los cambios climáticos fueron causados por procesos periódicos (es decir, naturales). Los procesos no periódicos como por ejemplo un calentamiento producido por el incremento monótono del CO2 atmosférico podría provocar, como máximo, un aumento de 0,1º a 0,2 (una o dos décimas de grado) en las temperaturas para una duplicación del contenido de dióxido de carbono, tal como se espera para el año 2100.
La figura 1 muestra las temperaturas registradas (en azul) y las temperaturas reconstruidas utilizando los seis componentes de frecuencia más potentes (en rojo) del espectro Fourier, lo que indica que la historia de las temperaturas está determinada únicamente por procesos periódicos.
En la figura 1 se pueden ver dos ciclos con períodos de 200+ años y de 65 años aproximadamente que dominan los cambios climáticos, donde el ciclo de 200+ años ha sido el causante de la mayor parte del incremento de las temperaturas desde 1870 (H.R.: es decir, desde el fin de la así llamada Pequeña Edad de Hielo).
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Fig.2: Espectro de la actividad solar mostrando el período de 208 años como la más poderosa variación climática.
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El ciclo de ~65 años ( H.R.: el símbolo “~” significa “aproximadamente”) es la muy bien conocida y estudiada Oscilación Atlántica/Pacífica (AMO/PDO, por sus siglas en inglés). Puede ser trazada en el tiempo a lo largo de los últimos 1400 años. La AMO/PDO no es causada por forzamientos externos, sino que forma parte de la “dinámica interna”, es simplemente un “oscilador”.
Aunque el análisis espectral de las mediciones instrumentales históricas de la temperatura [1] muestran un fuerte período de algo más de doscientos años (200+), eso es algo que no puede ser inferido con certidumbre ya que únicamente se cuenta con 240 años de esas mediciones. Sin embargo, las temperaturas obtenidas de las estalagmitas de Spannagel muestran esta periodicidad como la variación climática más potente desde al menos de alrededor del año 1100 aC.
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Fig.3: La actividad solar desde 1650 hasta el presente (mediciones, línea sólida) y la predicción para los próximos 500 años (gris claro: predicción a partir del espectro; gris obscuro: predicción por análisis de ondas) Las letras M, D y G marcan los mínimos históricos de temperatura global: Maunder, Dalton y Gleissberg.
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Sin embargo, la existencia de esta periodicidad de 200+ años ha sido puesta en duda, aún cuando las temperaturas de las estalagmitas de Spannagel concuerdan bien con las temperaturas derivadas e incluso aún cuando el ciclo solar “de Vries”, que también muestra esta periodicidad, ha sido conocido durante largo tiempo como un factor esencial en la determinación del clima global.
Una confirmación perfecta para la existencia y la influencia dominante del ciclo de 200+ años tal como la que descubrimos [1] se proporciona en un articulo reciente [2] que analiza las actividades solares para sus procesos periódicos.
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Fig.4: Análisis de ondas de la actividad solar, mostrando cuáles períodos son activos en qué momento. Las oscilaciones dominantes (períodos entre 125 años y 250 años) son fácilmente reconocibles y recurrentes en períodos de 2500 años.
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El espectro de la Fig. 2 muestra claramente un período de 208 años como la variación más fuerte en la actividad solar. La Fig. 3 nos muestra la actividad solar desde el pasado hasta hoy, así como la predicción de los próximos 200 años. Esta predicción ha sido posible gracias al carácter multi-periódico de la actividad.
La actividad solar concuerda bien con el clima terrestre. En particular, muestra claramente todos los mínimos históricos de la temperatura. Por lo tanto, las temperaturas futuras pueden ser predichas por esas actividades, al menos las que estén determinadas por el sol (la AMO/PDO no está determinada por el sol).
El período de 200+ años que encontramos se encuentra en este momento en su máximo. Gracias a su influencia, la temperatura bajará hasta el año 2100 cuando tendrá un valor similar al del año 1870, a finales de la Pequeña Edad de Hielo.
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Fig.5: Predicciones de la temperatura global según los modelos “oficiales” (en rojo) y las mediciones reales de la temperatura global (en verde).
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El análisis de ondas de la actividad solar observado en la Fig. 4 muestra un detalle interesante. A pesar de su limitada resolución demuestra (tal como aparecía en nuestro análisis de las estalagmitas de Spannagel) que el período de 200+ años se estableció hace unos 1000 años. Este ciclo aparece regularmente, tal como se ve en la Fig 4, cada 2500 años. Las causas de este período de 2500 años no son bien comprendidas.
Resumen:
El análisis de la actividad solar prueba la existencia y la fuerza de la periodicidad de 200+ años que hemos encontrado en las mediciones históricas de la temperatura, así como las descubiertas en los datos de las estalagmitas de Spannagel. Aparentemente, este ciclo de 200+ años es el conocido como “ciclo de Vries”.
Este “ciclo solar de Vries” junto a la oscilación AMO/PDO determinan en forma prácticamente completa el clima global del pasado (Fig. 1) así como el del tiempo futuro. Por lo tanto, debe ser excluida una influencia significativa del CO2 atmosférico y su débil sección de absorción infrarroja (que también se observa en las varias pruebas de la retroalimentación negativa del vapor de agua).
El presente parón de la temperatura global (Fig. 5) ( H.R.: véase también el artículo ”La importancia del parón del calentamiento global” en este blog) se debe esencialmente a la oscilación AMO/PDO; el ciclo solar de Vries se encuentra actualmente en su máximo; alrededor de este máximo cambia casi imperceptiblemente. La AMO/PDO se encuentra actualmente más allá de su máximo, lo que se corresponde con la pequeña disminución de la temperatura global. Su próximo mínimo llegará en 2035.
Para entonces se puede esperar que las temperaturas sean similares a las del mínimo AMO/PDO de 1940. Debido al ciclo solar de Vries, la temperatura global seguirá cayendo hasta el año 2100 cuando alcanzará los valores correspondientes a la Pequeña Edad de Hielo en 1870.
Este ciclo explica el prolongado aumento de las temperaturas desde 1870. Podemos destacar que el más fuerte aumento de las temperaturas durante las décadas desde 1970 hasta la de 1990, que es el utilizado oficialmente para promover la hipótesis del calentamiento por CO2, se debe esencialmente al ciclo AMO/PDO”.
NOTAS:
[1] H.Luedecke, A. Hempelmann, C.O. Weiss; Clim. Past. 9 (2013) p 447
[2] F. Steinhilber, J. Beer; Journ. Geophys. Res.: Space Physics 118 (2013) p 1861
Resumen:
El análisis de la actividad solar prueba la existencia y la fuerza de la periodicidad de 200+ años que hemos encontrado en las mediciones históricas de la temperatura, así como las descubiertas en los datos de las estalagmitas de Spannagel. Aparentemente, este ciclo de 200+ años es el conocido como “ciclo de Vries”.
Este “ciclo solar de Vries” junto a la oscilación AMO/PDO determinan en forma prácticamente completa el clima global del pasado (Fig. 1) así como el del tiempo futuro. Por lo tanto, debe ser excluida una influencia significativa del CO2 atmosférico y su débil sección de absorción infrarroja (que también se observa en las varias pruebas de la retroalimentación negativa del vapor de agua).
El presente parón de la temperatura global (Fig. 5) ( H.R.: véase también el artículo ”La importancia del parón del calentamiento global” en este blog) se debe esencialmente a la oscilación AMO/PDO; el ciclo solar de Vries se encuentra actualmente en su máximo; alrededor de este máximo cambia casi imperceptiblemente. La AMO/PDO se encuentra actualmente más allá de su máximo, lo que se corresponde con la pequeña disminución de la temperatura global. Su próximo mínimo llegará en 2035.
Para entonces se puede esperar que las temperaturas sean similares a las del mínimo AMO/PDO de 1940. Debido al ciclo solar de Vries, la temperatura global seguirá cayendo hasta el año 2100 cuando alcanzará los valores correspondientes a la Pequeña Edad de Hielo en 1870.
Este ciclo explica el prolongado aumento de las temperaturas desde 1870. Podemos destacar que el más fuerte aumento de las temperaturas durante las décadas desde 1970 hasta la de 1990, que es el utilizado oficialmente para promover la hipótesis del calentamiento por CO2, se debe esencialmente al ciclo AMO/PDO”.
NOTAS:
[1] H.Luedecke, A. Hempelmann, C.O. Weiss; Clim. Past. 9 (2013) p 447
[2] F. Steinhilber, J. Beer; Journ. Geophys. Res.: Space Physics 118 (2013) p 1861
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Mientras tanto, y pese a que la actividad humana continúa emitiendo CO2 a la atmósfera, las temperaturas globales no solamente han entrado en un “parón” desde hace más de 17 años, sino que de hecho han descendido ligeramente desde 2002:
Temperaturas globales (mediciones satelitales) desde enero de 2002 hasta diciembre de 2012.
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© RSS/WoodsForTrees/Heber Rizzo
Así que, por favor, permitanme un consejo: no vendan aún sus abrigos; recuerden que, tarde o temprano, los hielos avanzarán nuevamente. Y como dice Doug L. Hoffman: “Cuídense, disfruten el interglacial y manténganse escépticos”.
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Fuentes utilizadas:
- NoTricksZone = = = = = = = = = = = = = = = =
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