martes, setiembre 08, 2009

Cambio climático: nuevos datos, nuevos silencios

Investigaciones, informes y opiniones actuales que son soslayados, tergiversados o simplemente ignorados por la prensa y por los políticos.

Una nueva y creciente serie de investigaciones arroja datos que se contraponen al alarmismo interesado de los que sostienen la teoría del calentamiento global antropogénico . Sin embargo, esas noticias no llegan al gran público, ni en la TV, ni en la prensa, ni en la radio, y mucho menos en los discursos políticos de los partidarios del inefable Al Gore.

Intentaré aquí que mis lectores conozcan un poco más sobre el tema.

El oceáno variable

El disenso surge incluso dentro de las propias filas del IPCC, el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de la ONU. En la II Conferencia Global del Clima, llevada a cabo en Ginebra con auspicios de la ONU, Mojib Latif, uno de sus científicos y modeladores y co-redactor del 4º informe del IPCC publicado en 2007, congeló a los asistentes al afirmar que podríamos estar entrando en un par de décadas de descenso de la temperatura.

Mojib_Latif

Mojib Latif

© Berliner Morgenpost

“La gente dirá que el calentamiento global está desapareciendo. No soy uno de los escépticos, pero tenemos que hacernos las preguntas desagradables, o alguien más nos las hará”. Es que cada vez más científicos están de acuerdo en que las predicciones a corto plazo no son tan sencillas, ya que la variabilidad natural es por lo menos tan importante como los otros elementos intervinientes.

Latif reconoció que durante los próximos años una tendencia enfriadora natural podría dominar el calentamiento causado por los humanos. Enfrentándose a la ortodoxia ambientalista, dijo que los cambios cíclicos en las corrientes y temperaturas del Atlántico Norte, un fenómeno conocido como “oscilación nor-atlántica” (NAO), fueron responsables al menos en parte del calentamiento global observado en las tres últimas décadas. “¿Cuánto? El jurado todavía no lo ha decidido”, declaró en la conferencia. Ahora, el NAO está ingresando en su fase fría.

James Murphy, otro científico asistente a la reunión, expresó su acuerdo con Latif y relacionó a la NAO con los monzones de la India, los huracanes del Atlántico y las variaciones en el hielo ártico. “Los océanos son la clave para la variabilidad natural decenal”, afirmó.

Por otro lado, Vicky Pope, de la Oficina Meteorológica del Reino Unido, destrozó otro mito climático cuando informó que la dramática pérdida de hielo ártico de los últimos veranos podría deberse, al menos en parte, a ciclos naturales y no al calentamiento global.

Una información más detallada puede encontrarse aquí (en inglés) y aquí (en castellano).

El sol, la estratósfera y los océanos

Uno de los mitos ya clásicos del calentamiento global antropogénico es que las pequeñísimas variaciones (de apenas 0,1 por ciento) en la energía irradiada por el Sol en su conocido ciclo de aproximadamente 11 años no podían, según la opinión expresada por el IPCC, afectar grandemente a los patrones climáticos de la Tierra.

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La Tierra y el Sol, vistos desde el transbordador espacial Discovery.

© NASA

Sin embargo, un nuevo y complejo estudio liderado por el Centro Nacional para la Investigación Atmosférica (NCAR) de los EE.UU., publicado en la revista Science y que utilizó los datos de más de un siglo de observaciones climáticas, indica el impacto de nuestra estrella sobre dos regiones aparentemente no relacionadas. Los compuestos químicos en la estratósfera y las temperaturas de la superficie marina en el Pacífico responden a los máximos solares en una forma que amplifica la influencia solar en el movimiento del aire, que puede así intensificar los vientos y la lluvia, modificar las temperaturas superficiales y la cubierta de nube en ciertas regiones tropicales y sub-tropicales, y afectar en última instancia al clima global.

El complejo mecanismo incluye la absorción del incremento de energía durante un pico solar por parte del ozono estratosférico, lo que calienta el aire más pronunciadamente en las latitudes bajas, alterando el régimen de vientos estratosféricos y aumentando la precipitación de lluvia en los trópicos.

Al mismo tiempo, se produce un ligero calentamiento de las aguas superficiales, con más evaporación y por lo tanto más vapor de agua en la atmósfera. La humedad es trasladada por los vientos alisios, alimentando lluvias más copiosas y reforzando los efectos estratosféricos.

La respuesta terrestre a un máximo solar continúa durante uno o dos años después del pico de actividad. Los efectos son mayores para el fenómeno de La Niña que para el del Niño, y podrían aumentar el primero y suavizar el segundo. Por ejemplo, La Niña de 1988-89 ocurrió cerca de del pico de un máximo solar, resultó ser inusualmente fuerte y se asoció con cambios significativos en los patrones climáticos, tales como un invierno especialmente suave y seco en el sudoeste de los EE.UU.

El monzón de la India, la temperatura marítima superficial y las precipitaciones del Pacífico y otros patrones climáticos regionales son producidos principalmente por el aire que se eleva y que desciende en los trópicos y en los sub-trópicos.

El informe de prensa de la NCAR puede leerse, en inglés, aquí. Afortunadamente, también hay una traducción al castellano del artículo tal como apareció en Universe Today, publicada en el blog “Odisea Cósmica”.

Hielo: el Sol lo trae, el Sol se lo lleva

Muchas veces a lo largo de la historia de la Tierra los hielos han avanzado y retrocedido, creando así varias glaciaciones separadas por períodos interglaciares. La última comenzó hace unos cuarenta millones de años y alcanzó su pico máximo unos 2,5 millones de años atrás. Dentro de estas última, al menos, los hielos han tenido retrocesos y avances, con períodos glaciales e interglaciares.

Glaciación_de_Würm

Extensión máxima del último período glacial.

© MSN Encarta

El último período glacial, o glaciación de Würm, comenzó hace unos 80 000 años y llegó a su máximo hace 26 000 años. La extensión de los hielos se mantuvo estable por unos 7 000 años y luego comenzó el deshielo que llevó a nuestro período interglaciar actual.

Ha habido varios debates sobre las causas, y ahora un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Oregón (OSU) publica en la revista Science que ha llegado a la conclusión de que las oscilaciones del eje de la Tierra y de su velocidad de rotación, y las pequeñas variaciones de radiación solar que ellas motivan, son las que dispararon tanto el crecimiento como la disminución de las áreas cubiertas de hielo.

Según explica Peter Clark, un profesor de geociencias de la OSU, “la radiación solar fue el disparador que inició el deshielo; ahora estamos bastante seguros de ello. También hubo cambios en los niveles de dióxido de carbono y en la circulación oceánica, pero fueron posteriores y amplificaron un proceso que ya había comenzado”.

El estudio fue anunciado, en inglés, por la universidad de Oregón, y en el blog de Antón Uriarte podrán encontrar, en castellano, una explicación sencilla del mecanismo natural involucrado.

Sucesos del Ártico

Hace pocos días los medios mostraban unas declaraciones alarmistas del secretario de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, profetizando el inminente deshielo total del Ártico mientras chapoteaba con sus acompañantes en algún lugar del norte para convencernos de los efectos del pretendido calentamiento global antropogénico.

mínimo_de_hielo_ártico_2002-2009

Detalle de mínimos anuales de la extensión del hielo ártico desde el año 2002 hasta septiembre de 2009.

© IARC-JAXA AMSR-E

Pues bien, tanto la profecía como la realidad actual son, por lo menos, inexactos y exagerados.

El deshielo ártico es un fenómeno anual muy natural y lógico, ya que no hay duda de que en verano las temperaturas aumentan y el hielo se derrite. También es cierto que la extensión del área cubierta por el hielo ártico muestra ciclos de aumento y disminución, y que desde un último máximo en 2002 se inició un descenso.

Pero también es cierto, y es algo que curiosamente no se indica ni por el IPCC ni por la mayoría de los medios de comunicación, que se llegó a un mínimo en 2007 y que en 2008 ya se notó un aumento, y las últimas mediciones (a septiembre/2009) muestran un incremento aún mayor. La imagen de más arriba muestra un detalle aumentado de esos datos, pero para mayor interés puede verse también la gráfica completa gráfica completa generada por el sistema de información IARC-JAXA AMSR-E.

También en el lejano norte, donde todo es tan dramático para los seguidores del IPCC, hay algunas imágenes que se ocultan, o que al menos no se divulgan, váyase a saber por qué razón.

En junio de 2008, la torre de perforación de Ooguruk, en Alaska, se veía así. Pero en año más tarde, el 23 de junio de 2009, a comienzos del verano septentrional, un vídeo nos enseñaba una realidad más actual. ¿Deshielo inminente? En fin, no en balde dicen que un par de imágenes valen más que mil gritos destemplados… o algo así, al menos.

Temperatura global y CO2: mediciones actualizadas

Hace apenas 30 días, a principios del mes de agosto de 2009, supimos estridentemente que la temperatura global había alcanzado un nivel de 0,41º sobre la media utilizada (1961-1990); una prueba irrefutable de nuestro ominoso futuro y de la criminalidad de quienes osan negar el calentamiento global antropogénico (es decir, el aumento de los niveles de CO2 (dióxido de carbono) en la atmósfera que a su vez provoca el aumento de la temperatura en el mundo).

Claro que ahora, a principios de septiembre, y cuando los registros satelitales muestran un nuevo descenso (mínimo, es cierto, pero que continúa indicando en general el impasse que se advierte desde poco antes del año 2000), la noticia no ha salido en primera plana, ni en segunda, ni en tercera, ni…

La gráfica de los últimos años (temperatura media de la baja atmósfera, tomada desde el inicio de la observación satelital), es la siguiente:

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Temperatura global media de los últimos años. La línea roja muestra el promedio de los últimos 13 meses anteriores a un momento dado.

© Roy Spencer

Obviamente, los proponentes del calentamiento global antropogénico intentarán explicar (como lo han venido haciendo durante los últimos años) que son simples variaciones momentáneas, y que en realidad la medición de un único mes no significa nada. Yo estoy de acuerdo, pero ellos lo olvidan cuando esas simples variaciones van para el lado que a ellos les conviene.

Su principal problema reside, sin embargo, en que culpan de todos los males presentes y futuros al aumento de los niveles de CO2 en la atmósfera (su más famoso y preferido “gas de invernadero”), dejando de lado al mismo tiempo tanto la tendencia de las temperaturas de los últimos años como la pretendida relación entre ambos.

En efecto, pese a todos sus alarmas y a todos sus esfuerzos, los niveles de CO2 atmosférico (medidos en ppm = partes por millón) han seguido aumentando, como se puede observar en esta gráfica de la NOAA, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los EE.UU., y que extrañamente sí recibe la atención de muchísima gente:

 niveles_de_CO2_atmosférico

Concentración atmosférica del dióxido de carbono a lo largo de los últimos años, según el observatorio de Mauna Loa. La línea roja representa los valores mensuales medios, mientras que la línea negra muestra lo mismo, pero después de ser corregida para el ciclo estacional promedio.

©

¿Alguien encuentra una correspondencia clara y definitiva de tendencias entre las dos gráficas? En caso afirmativo, avisar al IPCC, por favor.

Una pregunta bien hecha

Lamentablemente, si bien hay mucha gente que tiene la costumbre impertinente de pensar y de hacer buenas preguntas, las mismas no logran llegar al público en general, y mucho menos tienen la oportunidad de ser contestadas.

Tal es el caso del amigo remolón, un asiduo participante de los foros de Astroseti, y que hace poco escribió una pregunta así, clara, sencilla, concisa y oportuna. A veces me gustaría poder mostrar una capacidad igual de síntesis.

símbolo_pregunta

Por supuesto, el tema trataba sobre el calentamiento global, y remolón escribió:

“Si el CO2 históricamente nunca ha iniciado un ciclo de calentamiento, ¿en qué momento ha pasado a ser un factor dominante sobre la temperatura global? (en la gráfica se observa que se alcanzan hasta 300 ppm).
En otras palabras, ¿por qué actualmente el CO2 sí habría de tener entidad suficiente como para dirigir al alza la evolución de la temperatura media?”.


Para los interesados, el tema se puede seguir aquí. Y, ¿quien sabe?, quizás alguien encuentre una respuesta tan clara y concisa como la pregunta.

Lamentablemente, remolón es muy modesto y no he podido encontrar ninguna biografía suya, y mucho menos una fotografía, ni siquiera de carné. Así que tuve que contentarme con una imagen simbólica, nada más.

Eso sí, qué símbolo, ¿no?

NOTA: En este blog podrán también encontrar algunos artículos relacionados con este mismo tema y que quizás resulten de su interés:
- “Calentamiento Global y CO2: un breve resumen”
- ”Cambio climático: las temperaturas bajan y aumenta el CO2”
- ”El mundo se está enfriando”
- ”Cambio climático: la poderosa influencia del sol”

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Árbol_de_la_vida

La Tierra en el período Carbonífero.

© paleobiology.si.edu

1 comentario:

Enceladus dijo...

Aquí tienes una foto de nuestro amigo remolon:

http://foros.astroseti.org/viewtopic.php?t=1814&postdays=0&postorder=asc&start=36